Al Qaeda recluta una nueva generación de voluntarios
La red terrorista se está regenerando e incorporando sangre nueva
Los nuevos voluntarios para la yihad ya no se gradúan en los campos de entrenamiento de Afganistán. La mayoría ni siquiera tiene vínculos directos con los fundadores de Al Qaeda. En los últimos meses, los investigadores han detectado un cambio generacional en los responsables de actos terroristas de inspiración islamista, que relativiza los éxitos de EE UU contra la cúpula de esa organización. Las recientes detenciones en España parecen confirmar esa tendencia. Pero mientras se intenta desentrañar la segunda red, una tercera generación entra en escena.
"Estamos asistiendo a un nuevo fenómeno en el que tanto antiguos muyahidin como miembros educados de la clase media se sienten atraídos hacia la ideología de panislamismo que constituye la filosofía de Al Qaeda", explica el periodista paquistaní Tohid Owais. "No son los mercenarios tradicionales que Al Qaeda ha usado en el pasado; son militantes convencidos que están haciendo más fácil el trabajo de Al Qaeda, a pesar de los golpes que ha recibido", añade tras haber dedicado los tres últimos años a seguir la evolución de estos grupos en su país.
Los nuevos 'yihadistas' son jóvenes, licenciados y menos vinculados al mando 'muyahidín'
Los analistas señalan que la mayoría de los detenidos en Europa desde el 11-S están en la treintena, y si tienen alguna práctica de combate, la han adquirido en Bosnia o Chechenia, no en Afganistán. Los integrantes del núcleo central de Al Qaeda compartían la experiencia de haber luchado contra los soviéticos en ese país centroasiático durante los años ochenta, lo que les imbuyó de una especial consideración entre los fundamentalistas islámicos. Osama Bin Laden formó Al Qaeda (La Base) a partir de la Oficina de Servicios para Muyahidin. Son hombres que hoy tienen entre 45 y 55 años.
A pesar de no haber capturado a Bin Laden, el Gobierno de EE UU destaca el duro golpe asestado a la cúpula de Al Qaeda: de sus 29 dirigentes originales, 6 están muertos y 7 detenidos. Sin embargo, atentados como los de Madrid o Bali han puesto de relieve que los tentáculos de esa red han seguido actuando. "La iniciativa táctica ha pasado a nuevos grupos de terroristas fundamentalistas más jóvenes, vinculados de forma menos estricta al mando original de muyahidin", afirmaba este verano un artículo del Monitor de Terrorismo de la Fundación Jamestown.
Rabei Osman Sayed Ahmed, alias El Egipcio, a quien se considera responsable de haber planeado y organizado el 11-M, tiene 33 años. Su amigo Sarhán Ben Abdelmadij Fakhet, conocido como El Tunecino y que parecía ser el jefe de la célula que se suicidó en Leganés, tenía 36. Son las edades de la mayoría del centenar de detenidos en España en el último año. El descubrimiento de que muchos eran reclutados en la cárcel, donde cumplían condenas por delitos comunes, también encaja en la nueva imagen del recién convertido (al fundamentalismo), sin lazos con los campos de Afganistán.
"Son hombres jóvenes musulmanes, alienados en su vida personal, y con posturas extremadamente antinorteamericanas", describe una fuente de un servicio secreto árabe. Otros analistas subrayan que tienen una "identidad más internacional, mayor independencia y estructuras menos establecidas". Norteafricanos y asiáticos se han sumado a los árabes de Oriente Próximo. Las últimas detenciones parecen mostrar que, contra la idea de una organización dispersa en células apenas interconectadas, Al Qaeda se está regenerando e incorporando sangre nueva. Por un lado, está logrando sustituir a los jefes detenidos. Por otro, sirve de inspiración a grupos cuyas luchas eran locales.
El informe de la Fundación Jamestown identificaba incluso una "tercera generación de jóvenes" apenas en la veintena, cuya experiencia compartida procede de ciertas universidades del mundo islámico que albergan las cepas más virulentas del fundamentalismo islámico". Se trataría de una "red intelectual", mucho más diversa y autónoma que las dos anteriores.
Esta nueva camada de activistas se ha puesto de relieve en Kuwait. La detención de los presuntos terroristas Muhsin al Fadil y Adel Buhaimed el pasado septiembre ha permitido establecer un vínculo entre Al Qaeda y el reclutamiento de yihadistas en Kuwait. Ambos vinculados con atentados en Yemen y Arabia Saudí, han sido acusados de reclutar a jóvenes, algunos menores de 18 años, para luchar en Irak. Sin recuerdos directos de la invasión de su país por Sadam Husein y el respaldo de Yasir Arafat, los jóvenes kuwaitíes parecen responder a la cobertura de los conflictos iraquí y palestino en las televisiones árabes por satélite.
Tal como ha denunciado el ex agente de la CIA Mike Scheuer, la invasión de Irak está actuando como acicate más que como contención del terrorismo islamista. Owais destaca que "los nuevos conversos han estudiado en universidades, hablan inglés con soltura, saben informática y no necesitan dejarse la barba o vestir la ropa tradicional". De hecho, un manual de supervivencia intervenido durante una reciente operación policial aconseja a los militantes: "Si vives en una zona donde la gente se viste a la occidental, vístete como ellos... Si la mayoría tiene un pensamiento laico, no expreses tus sentimientos religiosos".
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