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Reportaje:EL PAÍS EN DIRECTO

La apoteosis de Wet Wet Wet

Diego A. Manrique

Playing away at home-Live at Celtic Park, Glasgow ofrece hora y media de Wet Wet Wet en concierto desde el estadio de los Celtics. Grabado el 7 de septiembre de 1997, el DVD captura al grupo escocés en el pináculo de su popularidad, con un montaje escénico digno de los Stones. Entre los 18 temas que interpretan, se incluyen números uno como Goodnight girl o Love is all around. El DVD se pone a la venta a partir de mañana con EL PAÍS por 6,95 euros.

Durante la segunda parte de los ochenta y parte de los noventa, en el Reino Unido, las tres W no son las iniciales de World Wide Web sino las de una de las agrupaciones más queridas por el público británico en general. Oscilando entre el pop y el soul, Wet Wet Wet hace canciones fuera de modas y adquiere gran popularidad. Sus caras no salen en las portadas de las revistas musicales pero arrasan en las tiendas de discos y en grandes locales.

El grupo nace en Glasgow en 1982 como cuarteto: el cantante Marti Pellow, el teclista Neil Mitchell, el bajista Graeme Clark y el baterista Tom Cunningham. Los cuatro están fascinados por el soul intelectualizado de grupos como Scritti Politti: de un verso de la canción Getting, having and holding toman el nombre de su proyecto, que significa literalmente húmedo húmedo húmedo; ahora, una búsqueda de su nombre por Internet lleva inevitablemente a páginas porno.

En 1985, son cortejados por todo tipo de compañías londinenses. Se quedan con Phonogram; una caprichosa cláusula de su contrato exige que la discográfica envíe mensualmente una cantidad de Whiskas -comida de gato- a Elliot Davis, su representante. Más difícil resultará conciliar sus sueños musicales con las exigencias del mercado: en junio de 1986, viajan a Memphis para grabar con Willie Mitchell -productor del gigantesco Al Green-, pero Phonogram rechaza los resultados, que sólo se editarán a finales de 1988, cuando ya el grupo se ha establecido en las listas de venta con Wishing I was lucky, Sweet little mistery, Tempation, Angel eyes y su primer número uno, With a little help from my friends, la misma canción de los Beatles que, 20 años antes, lanzó a Joe Cocker.

Wet Wet Wet ha ido creciendo: Graeme Duffin se incorpora como guitarrista y pronto cuenta con una sección de metales. Se convierte en una institución: el grupo de pop-soul que no ofende a nadie. Los escoceses aparecen en todos los conciertos benéficos, en homenajes a Nelson Mandela y John Lennon, en la eterna serie televisiva Coronation Street. Hasta que llega un pelotazo histórico: Love is all around, su versión de un tema de The Troggs de 1967, destaca en la banda sonora de Cuatro bodas y un funeral, encabezando la lista de éxitos durante 15 semanas de 1994.

Perfectamente realizado por Chris Hilson y Tommy Cunningham, Playing away at home-Live at Celtic Park, Glasgow refleja su gancho comercial. Un gran escenario, con rayos láser, proyecciones, pirotecnia. Siete músicos bien engrasados, cuyo pop navega entre el soul, el funk y el jazz. Delante, un cantante de poderosos pulmones, afable y comunicativo. Y no hay más truco: ni ropas fashion ni peinados de vanguardia. No hay trucos pero sí tormentas internas: se ocultan las adicciones de su figura más visible, el vocalista Marti Pellow, hasta 1999, cuando es descubierto inconsciente en un hotel de Londres. Entra en una clínica de rehabilitación y se anuncia piadosamente que ha dejado Wet Wet Wet para funcionar en solitario. El grupo aguanta un poco más y decide disolverse. Hay final feliz... más o menos. En 2004, Wet Wet Wet se reúne y graba tres temas nuevos para añadir a su Greatest hits. En estos días, están tocando de nuevo por los recintos que vieron sus años de gloria.

Los miembros de Wet Wet Wet, en una fotografía de 1988.
Los miembros de Wet Wet Wet, en una fotografía de 1988.FABIO NOSOTTI / CORBIS

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