Buenos Aires en imágenes

El trabajo del diseñador gráfico Oscar Mariné (Madrid, 1951) se ha caracterizado por expresar muchas ideas con pocos trazos, como logró en el cartel de la película Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar. Mariné, autor de la imagen de marca del Zinebi, el festival de cine bilbaíno, y creador de sus carteles desde hace cinco años, ha llevado ahora el pulso de Buenos Aires a las fotografías y los vídeos con los que ha compuesto una instalación que ayer se inauguró en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. La presentación de las nuevas formas de expresión de un diseñador veterano coincidió ayer con la apertura de la exposición de obras audiovisuales que cada otoño presenta el trabajo de los alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco (UPV).

Los alumnos de Bellas Artes muestran en San Nicolás sus audiovisuales

Mariné ve en la imágen en movimiento un futuro prometedor. "La técnica juega a nuestro favor", dijo. Equipos cada vez más ligeros y económicamente accesibles facilitan el trabajo y la independencia del creador. "Es un nuevo formato que está dando saltos y va a ser un lenguaje muy interesante". La instalación que presenta en Bilbao coincidiendo con la celebración de Zinebi está compuesta por una colección de fotografías y cinco pantallas de vídeo de diferentes tamaños.

Tanto las imágenes fijas como en movimiento muestran diferentes aspectos de la vida en la capital argentina, con retratos de sus habitantes y sus paisajes urbanos. "Es Buenos Aires con su gente dentro. Es una ciudad en crisis, cosmopolita, con una vocación europea, una cultura tremenda y muchas personas volcadas en la creación, aguantando el tirón de una situación difícil", recuerda Mariné. "Hay jóvenes con grandes proyectos. Cuando ves cómo te miran, lo que sueñan, lo que piensan, te conmueves por dentro".

La instalación no agota las imágenes captadas en Buenos Aires. Su autor tiene previsto presentarlas en tres soportes diferentes: a la instalación se sumarán una cinta para televisión y un largometraje.

El proyecto argentino tendrá continuidad en otras grandes urbes en movimiento. Tras Buenos Aires, la cámara de Mariné irá a captar imágenes a Tokio y Nueva York. La instalación estará abierta al público en el Museo de Bellas Artes hasta el próximo 10 de enero.

Mientras, la Sala de Exposiciones del BBVA, ubicada en la plaza San Nicolás de la capital vizcaína, acoge hasta el próximo día 22 la 17ª Exposición Audiovisual que reúne obras de alumnos de Bellas Artes de la UPV. Los estudiantes son autores de la mayoría del material expuesto, una quincena de instalaciones, esculturas audiovisuales y proyecciones de vídeo divididas en videocreación, animación y ficción, aunque también se pueden contemplar trabajos del escultor alemán Peter Vogel, de Jeffrey Ventrella y del grupo Ixi-software. Por primera vez se ha invitado a participar en la exposición de alumnos de Bellas Artes a una facultad europea, la Escuela de Beira Interior, de Portugal.

Josu Rekalde, catedrático de Audiovisuales y coordinador de la muestra, invitó ayer a "pasear, escuchar y ver, sin prejuicios", por un recorrido surtido de recreaciones audiovisuales de la naturaleza muerta pictórica, juegos de luz y objetos tecnológicos que simulan la ilusión cinematográfica, interfaces visuales con síntesis del sonido y ordenadores que dialogan con el espectador.

Vogel aporta una escultura sonora y Ventrella, salvaguardia de "la unión entre arte y tecnología", participa con autorretratos fractales y una simulación artificial, informática, de la vida de unos organismos que sólo comen y se reproducen.

El objetivo de reunir esta serie de "experiencias sonoras y visuales" es "salir de la Universidad, sacar a la gente de la burbuja universitaria y tener una experiencia más real con el público", precisó Rekalde durante su presentación. Entre las intenciones de la muestra también figura el "dar a conocer este tipo de arte, que es diferente a lo que normalmente se muestra por ahí, o a lo que se piensa que se hace en Bellas Artes, pintura y escultura".

El coordinador sí se congratuló de que la percepción del arte audiovisual haya cambiado considerablemente desde los tiempos en los que plantearon por primera vez organizar la exposición. "Hace 17 años no se consideraba arte las cosas que hacíamos, pero ahora es al contrario; parece que en toda exposición que se precie tiene que haber una videoinstalación o algo de esto", sentenció.