_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Romper la legislatura

Por fin, el PP ha tenido un fin de semana de congresos tranquilo. Tanto en Madrid, como en Cataluña o Baleares se ha cumplido el guión sin sobresaltos y sin sorpresas. La autoridad de los tres líderes que buscaban el refrendo -Esperanza Aguirre, Josep Piqué y Jaime Matas- combinada con la resaca de las lamentables peleas de los populares valencianos y con una de las peores semanas del Gobierno socialista, han conformado unos congresos plácidos en los que los populares han mostrado la que parece que será su estrategia: ahondar en los conflictos entre el Gobierno y sus aliados parlamentarios para tratar de romper la legislatura.

Esperanza Aguirre se ha consolidado como figura emergente dentro del PP. Sus desmesurados elogios a Alberto Ruiz-Gallardón son la mejor confirmación de que da por vencido al gallardonismo. Se ha permitido colocar ya a Gallardón en la historia del PP como el mejor presidente de la Comunidad de Madrid que el partido ha tenido, es decir, en el pasado.

En Cataluña, el leve voto de castigo a Josep Piqué, reelegido con 12 puntos menos que en el congreso anterior, sirve para enmarcar la situación del PPC. Piqué ha buscado la homologación en el espacio de lo políticamente correcto en Cataluña. Para ello sería necesaria cierta autonomía organizativa y una apertura ideológica hacia los territorios del catalanismo moderado. Hasta el momento sus empeños han tenido poco éxito, por muchas y distintas razones. Sus planes sufrieron la radicalización de Aznar en su segunda legislatura. Siendo ministro no dedicó los esfuerzos necesarios a la renovación del partido. El numantinismo ha cundido en ciertos sectores del PP. Y finalmente, nunca se han llegado a dar pasos significativos que confirmaran la estrategia anunciada. Ahora tiene tiempo para dedicarse por completo a su empeño. Y espacio para intentar crecer, en la medida en que CiU demuestra cierto desconcierto ideológico y estratégico desde que dejó el poder y en que el PSC se ha integrado en la ortodoxia nacionalista. Piqué pretende que el PP salga del reducto de quienes se sienten sólo españoles o más españoles que catalanes y penetre en la amplia bolsa de los que se consideran tan españoles como catalanes. Para ello tiene que romper muchas inercias.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Ante la normalidad de los congresos, la noticia ha surgido de los discursos. Esperanza Aguirre lo dijo con claridad: el objetivo del PP es estar preparado para que esta legislatura no llegue a su fin. No deja de ser una estrategia arriesgada: por principio, la gente espera, de los políticos en general y de la derecha en particular, cierta estabilidad. ¿Tiene sentido una batalla desestabilizadora frente a un Gobierno que cuenta todavía con amplio apoyo y reconocimiento? ¿Hay que entender que sigue vigente la estrategia de la tensión, diseñada en su día por Aznar como única forma de llegar al poder?

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_