La fuerza del euro es alargada
Los expertos estiman que seguirá la debilidad de la moneda estadounidense hasta que intervengan los bancos centrales
El euro pasa por su momento de mayor fortaleza frente al dólar desde su creación en enero de 1999. Ya son necesarios 1,32 dólares para conseguir un euro en los mercados y los expertos consideran que el ímpetu de la moneda de la eurozona continuará en los próximos meses. Los mercados ya han decidido esta nueva dirección de las monedas, que sólo se frenará cuando exista una intervención clara de los bancos centrales y una firme decisión política.
Estados Unidos sólo frenará la caída del dólar cuando vea que pone en peligro la entrada de capitales que financian su déficit público
Día tras día, el euro conoce sus niveles máximos frente al dólar. En los casi seis años de historia de la divisa europea no se habían producido nunca unos niveles tan elevados. En lo que va de año, el euro se ha revalorizado frente al dólar el 5,6% pero su evolución es espectacular si se compara con el mínimo de 0,82 dólares marcado en octubre de 2000. Desde esa fecha, el euro ha ganado el 60% en relación con la moneda estadounidense.
Unos movimientos bruscos que tienen un claro efecto en las balanzas comerciales (importaciones y exportaciones) de los países y que también son capaces de provocar bruscos movimientos en los flujos de capitales. Está claro que el inversor estadounidense puede sacar partido de su viaje a Europa. Con datos del jueves, el índice Ibex 35 de la Bolsa española ganaba en el año el 13,16%, porcentaje que se eleva hasta el 19% si el inversor ha operado desde Estados Unidos. Por la misma razón, las inversiones europeas en Estados Unidos deben restar ese 5,6% de subida que ha experimentado el euro.
Esta decidida subida del euro frente al dólar se ha producido a lo largo de todo el ejercicio, pero ha tenido su detonante con la victoria electoral de George W. Bush. Desde entonces, el euro ha cogido un camino alcista del que los expertos no esperan que se apee en muchos meses. Cierto es que los desequilibrios de Estados Unidos no son nuevos, pero ahora el mercado ha asumido en su conjunto que el momento del dólar fuerte ha llegado a su fin. Estados Unidos cuenta con grandes desajustes en sus cuentas con un déficit exterior muy abultado, mientras que el público alcanza el 3,5% del producto interior bruto (PIB), viniendo la economía estadounidense de superávit fiscal en la época de Bill Clinton.
Alexis Ortega, socio director de Finagentes Gestión, ofrece una explicación muy interesante sobre el momento en que los mercados han decidido hacer caso a los desequilibrios de Estados Unidos, hasta ahora ignorados. "El problema se inició cuando estalló la burbuja tecnológica. El miedo a una deflación -situación que no saben manejar los economistas- provocó dos reacciones. De un lado, se produjo una fuerte bajada de los tipos de interés y, de otro, Estados Unidos pasó de una situación de superávit a un déficit presupuestario del 3,5% con objeto de inyectar vigor a la economía", indica.
Y afirma: "Ahora el problema no es la deflación (caída de los precios) de las economías. Hay que atajar los déficit (presupuestario y comercial) y colocar los tipos de interés en una situación neutral (que ni empujen ni paralicen la economía), por lo que Estados Unidos los situará en el 3%. Sin embargo, el déficit público no es objetivo primordial en una situación de guerra. El dólar débil favorece sobremanera la reducción del déficit exterior", explica Ortega.
"Estados Unidos ha hecho el esfuerzo por el crecimiento de la economía mundial con sus elevados déficit y ahora pide a los europeos que también participen en el tirón de la economía global. Estados Unidos sólo intervendrá cuando se produzca una subida desordenada del euro frente a su divisa. Probablemente, si se supera el nivel de 1,35 dólares por euro. Sólo se tomará en serio la intervención cuando el nivel perjudique la financiación de su déficit público al disminuir la entrada de capitales desde el exterior", explica el director de Finagentes.
Tradición fuerte
Desde 1985, y tomando como referencia una cesta de monedas europeas, previa a la creación del euro, los momentos alcistas de la divisa europea han superado claramente a los registrados por el dólar. Entre 1985 y 1995, el euro dobló ampliamente su valor respecto a las divisa estadounidense, aunque en este periodo se produjeron tres momentos intensos de mejoría de la divisa estadounidense: 1989, 1991 y casi todo 1993. Desde 1995 a 2001 fue el dólar el que tiró con fuerza hasta llevar al euro hasta ese mínimo de 0,82 dólares. Desde enero de 2001 se ha producido nuevamente un periodo alcista del euro que, por el momento, no incluye recuperaciones significativas del dólar.
Fernando Hernández, responsable de Renta Variable de Inversis Banco, explica que "a las autoridades estadounidenses les viene bien la debilidad del dólar. Se dan todas las circunstancias para que el dólar siga cayendo. Estructuralmente, no hay más remedio que el dólar caiga. Pensamos que para 2005 el cambio puede llegar a 1,40 dólares por euro. Por ello, no recomendamos fondos en dólares si no cuentan con cobertura de moneda", explica.
Por último, José María Verdugo, jefe de Tesorería Internacional de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), argumenta que el mercado ha recibido varias señales fuertes de que la Administración estadounidense favorece un dólar débil. La mayoría de los analistas considera que el dólar está sobrevalorado frente a las monedas asiáticas, cuyos bancos centrales llevan tiempo interviniendo para que no aprecien sus divisas. "Por ello, todas las presiones acaban confluyendo en el euro, dado que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene una política de no intervención que permite una formación libre del precio".
Además, hay mucha liquidez fruto de una política monetaria muy expansiva en los últimos años que impide que suban los tipos de interés, lo que beneficia a los sectores endeudados. "En Europa no hay razón para que los tipos suban e, incluso, puede que bajen para restar fuerza al euro", concluye Verdugo.
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