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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

La olvidadiza minoría socialista

Soledad Gallego-Díaz

Los responsables del Partido Socialista y muchos ministros se quejan a menudo de que sus propios militantes y diputados se olvidan de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no tiene una mayoría parlamentaria propia en el Congreso de los Diputados, ni tan siquiera acuerdos permanentes para toda la legislatura, sino que necesita negociar, una y otra vez, con los otros grupos (en especial, IU y ERC) para conseguir los votos necesarios. La Cámara es inestable y exige una permanente dedicación y cuidado porque cualquier despiste puede provocar, y la experiencia demuestra que provoca, pequeñas y grandes catástrofes.

La semana que hoy finaliza ha sido precisamente una buena demostración de esa inestabilidad parlamentaria y de la importancia del control de las votaciones. La ausencia, el pasado jueves, de varios diputados propios y de grupos amigos hizo que el Gobierno corriera un gran riesgo y perdiera la votación para la reforma del actual sistema de elección de jueces y magistrados.

El Congreso es "inestable" y exige dedicación permanente. El éxito de la negociación de los Presupuestos en la Cámara baja no evitará un paso muy difícil por el Senado

"Ahora, el peligro es no llegar a tiempo para evitar la oleada de nombramientos conservadores que se producirá, sin duda, el próximo mes de enero, si no se cambia antes la ley en vigor", explica un dirigente nacional del PSOE, muy irritado por lo sucedido. "No es posible que en una votación de este tipo falten ministros y diputados de nuestras filas", critica.

"Ésta ha sido una semana muy complicada", reconocía un veterano diputado socialista. "Quizá nos despistamos después del éxito de la difícil negociación de los Presupuestos en el Congreso y la todavía más dificil preparación del debate en el Senado, pero la verdad es que comenzamos el lunes con mal pie, las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, y terminamos el jueves con la pérdida de una votación importante". Todo ello, en medio de un cierto pulso lanzado por la jerarquía de la Iglesia católica y un debate interno, en sordina, entre el propio Grupo Socialista y la ejecutiva del partido, sobre la reforma del reglamento del Congreso.

Algunos diputados socialistas creen que el riesgo que corren es perder la tensión, el estado de vigilia que exige la minoría de que disponen y la dura oposición que realiza el Partido Popular. "Ellos son especialistas en provocar broncas y en aprovechar cualquier resquicio que les dejemos", advierte otro parlamentario socialista.

En cualquier caso, son numerosos quienes creen, dentro del grupo parlamentario y de la dirección socialista, que se ha perdido un poco el pulso. Incluso quienes lo niegan, y oponen el formidable ritmo de propuestas y cambios que presenta y lleva a cabo esta Administración, admiten que la imagen pública del Gobierno necesita algún empujón.

"Nuestra gran ventaja es la imagen de José Luis Rodríguez Zapatero, que, según los sondeos, sigue intocada, mientras que Mariano Rajoy no consigue mejorar sus posiciones y continúa en una zona gris, poco llamativa". Sin embargo, añade este destacado dirigente regional, "la sensación de tranquilidad que transmite el presidente del Gobierno es buena para el electorado y para los ciudadanos en general, pero no tan buena para nosotros. Nosotros tenemos que estar más en tensión y evitar nuevas equivocaciones".

Tranquilidad presidencial

La impresión de tranquilidad del presidente del Gobierno queda reflejada en la mayoría de los sondeos y, según algunos de sus allegados, responde a la realidad. El presidente, afirman, hace un análisis "razonablemente satisfactorio" de la situación. En especial, señalan estas fuentes, ante el desarrollo de los acontecimientos en el País Vasco.

La detención de la cúpula de ETA y el análisis de numerosos expertos según los cuales es muy improbable que la banda terrorista consiga recomponerse y tomar nuevas fuerzas (lo que no excluye, sin embargo, la posibilidad de un atentado) hace abrigar a muchos políticos vascos, nacionalistas y no nacionalistas, esperanzas de una mejora sustancial de la situación. "Las cosas ya no son como eran hasta hace poco. ETA lo sabe y Batasuna lo sabe: la única salida que tienen es en el orden político, renunciando completamente a las armas", asegura un antiguo dirigente del PNV.

La posibilidad de que las próximas elecciones vascas, en mayo, se celebren sin la amenaza directa de ETA se consideraría ya en La Moncloa como un primer éxito. "Ésas son las cosas importantes y ésas son las que van razonablemente bien. Por eso el presidente del Gobierno dice que no hay que estar nerviosos", asegura uno de sus allegados.

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