La formación continua
Si todo el mundo reconoce que nuestra economía necesita que los trabajadores sigan formándose a lo largo de su vida laboral, que la mejor forma para luchar contra el paro y evitar la exclusión social es facilitar a los trabajadores la adaptación a un mercado laboral cambiante, que los trabajadores que tienen más difícil acceso a la formación son los que trabajan en pequeñas y medianas empresas, ¿por qué nadie encuentra explicación al hecho de que el Forcem acumulara 500 millones de euros no utilizados los años 2002 y 2003? y ¿por qué seguimos careciendo de un sistema de formación continua con un fácil acceso de todos los trabajadores?
Este gran fracaso sería explicable por la voluntad manifiesta de las administraciones, actuales y pasadas, de beneficiar a los sindicatos y patronales institucionales mayoritarios. Así nos luce el pelo.
