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La Eurocámara da por zanjado el 'caso Barrot' y pide más control sobre los comisarios

Carlos Yárnoz

Los líderes de los grupos del Parlamento Europeo dieron ayer por zanjado el caso del comisario francés y vicepresidente de la Comisión, Jacques Barrot, tras una reunión con el presidente de la Cámara, José Borrell. En la reunión se analizó el informe al respecto de los servicios jurídicos de la Eurocámara, en el que se indica que no existe impedimento legal alguno para que Barrot continúe en el Ejecutivo comunitario, pese a que fue condenado en 2000 por financiación irregular de su partido y después amnistiado, y de que no contó ese hecho ni al presidente de la Comisión ni a la Eurocámara.

La única prevención adoptada en la reunión consistió en que, en el futuro, se obligará a los candidatos a comisarios a señalar ante el Parlamento si han tenido algún problema previo con la justicia.

"Una gran mayoría de grupos políticos ha hecho suya la opinión del servicio jurídico del Parlamento Europeo según la cual el vicepresidente designado no estaba obligado a revelar que había sido objeto de una amnistía", señaló Borrell en un comunicado. "En ausencia de un derecho penal europeo, son las legislaciones nacionales las que se aplican".

Fue ésa la tesis que Barrot mantuvo el pasado lunes en una carta enviada al Parlamento y que asumieron los servicios jurídicos de la Cámara. La ley francesa de amnistía no sólo suprime y borra todo vestigio de la condena, sino que también prohíbe la difusión de cualquier información al respecto. En eso se basó el comisario francés para defender que ni él ni las autoridades francesas estaban obligados a contar nada. "Para el futuro", indicó Borrell, "la misma mayoría considera que ese tipo de información deberá ser puesta en conocimiento de los miembros del Parlamento durante las audiencias de los comisarios designados".

Voz discordante

La voz algo discordante durante la reunión de ayer fue la del jefe de filas de los liberales, el británico Graham Watson, quien también había sido el único en pedir esta semana la dimisión de Barrot. "No me satisface el acuerdo, pero estoy en minoría", comentó.

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También la mayoría de los líderes estuvo de acuerdo en que el litigio no fuera planteado en el próximo pleno del Parlamento Europeo. Fue éste, según asistentes a la reunión, uno de los motivos por los que el euroescéptico Nigel Farage, el eurodiputado que destapó el caso Barrot en la Cámara hace una semana, insinuó que los grandes grupos parlamentarios, con los conservadores y socialistas en cabeza, querían esconder el problema.

En nombre de los populares, y en ausencia de su líder, el alemán Hans-Gert Poettering, intervino el español Jaime Mayor Oreja, quien negó que su grupo, al que pertenece Barrot, quiera esconder nada porque la legislación francesa es muy clara al respecto. Mayor aprovechó para instar a los reunidos a que el Parlamento Europeo formalice un primer acuerdo de la Cámara en marzo para que el 11-M sea declarado el día de las víctimas del terrorismo en Europa.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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