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Entrevista:JOSEP PIQUÉ | Presidente del PP de Cataluña

"Necesitamos un perfil propio para ganar base electoral"

Josep Piqué opta este fin de semana a la reelección como presidente del PP catalán. Economista entusiasta de la política, nació en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) hace 49 años. Entró en 1996 en el primer Gobierno de José María Aznar como independiente, luego se afilió al PP y preside la organización catalana desde 2002. Tras lograr un 23% para el PP catalán en 2000, el 14-M cosechó los peores resultados desde 1989. Ahora reclama un "discurso con perfil propio" para recuperar el afecto de los catalanes. Pide incorporar la financiación de los ayuntamientos a la reforma del Estatuto y ofrece las filas del PP a cuadros de CiU y del PSC descontentos con la cercanía al discurso soberanista de ERC.

"Veo muy difícil que podamos ganar las próximas elecciones generales sin obtener al menos un 20% de los votos en Cataluña"
"Todos, en cualquier autonomía, debemos aspirar a que la financiación 'per cápita' se acerque a la de las comunidades forales"
"La Constitución y el sentido común serán los dos límites insuperables para que el PP catalán acepte la reforma del Estatuto de autonomía"

Pregunta. Su líder, Mariano Rajoy, asegura que el 14-M el PP perdió porque "pasó lo que pasó". ¿En Cataluña, qué pasó?

Respuesta. La sociedad española y la catalana votaron en un estado de shock en contra del Gobierno. Se generó un clima anti-PP que benefició al PSOE y en Cataluña también a ERC.

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P. Dicen ustedes que los beneficiarios de ese estado de shock fueron los socialistas. ¿Les votaron 11 millones por los atentados?

R. No, el PSOE tiene un suelo electoral muy sólido de entre ocho y nueve millones de votantes. El mérito del PSOE es haber sabido concentrar el voto útil en contra del PP.

P. Una última cosa sobre esos días, ¿qué responsabilidad tendría el Ministerio del Interior en lo que Ignacio Astarloa ha calificado como "desastres" en la gestión policial antes del 11-M?

R. Astarloa era el secretario de Estado de Seguridad, y cuando utiliza esos calificativos es difícil negarle su autoridad. Todos nos hemos quedado muy preocupados respecto a la descoordinación de distintos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Lo importante es que estas cosas no vuelvan a ocurrir. Y ya sé que a partir de ahí se puede hablar de la famosa imprevisión política. Pero ahí todos deberíamos ser muy prudentes. Siempre que se produce un atentado terrorista se puede hablar de imprevisión. Eso le ha sucedido, le sucede y le sucederá a cualquier Gobierno. Y aunque yo no querría que hubiera ningún atentado más en España, cuando suceda sería un enorme disparate que dijéramos que es culpa del Gobierno.

P. Por hablar del futuro, las encuestas dicen que el PP, no sólo el catalán, no despega en intención de voto. ¿Qué pasa?

R. Lo que yo creo que está sucediendo es que el PP está en disposición de ganar las próximas elecciones porque el PSOE no está consolidando una ventaja insalvable. Con toda honestidad, de no producirse los atentados José Luis Rodríguez Zapatero hubiera perdido las elecciones y creo que no puede haber grandes dudas de que no sería hoy el secretario general del PSOE.

P. ¿Es previsible que pueda ganar el PP si no mejora bastante en Andalucía y en Cataluña?

R. Veo muy difícil que podamos ganar las elecciones generales sin obtener al menos un 20% de los votos en Cataluña. Por eso es muy importante que el conjunto del PP entienda la necesidad de que el PP de Cataluña pueda desarrollar un perfil propio.

P. Ese perfil propio supongo que lo discutirán en el congreso que comienza hoy. Si sale elegido, ¿cuáles son sus objetivos?

R. El principal objetivo debe ser ganar más espacio electoral. Tenemos un congreso para construir un discurso político y un equipo de dirección que tiene que abordar las elecciones municipales, autonómicas y generales. Las tres son importantes. Las municipales para ampliar nuestra implantación territorial. Las autonómicas porque el mapa político que tiene hoy Cataluña no está cristalizado como sí lo estuvo durante la etapa de clara hegemonía de CiU. Y con un buen resultado en municipales y en autonómicas, contribuiremos a una mayoría del PP en las generales.

P. ¿Qué hará para lograrlo?

R. El PP de Cataluña se ha situado siempre en cierta marginalidad, casi extramuros del sistema. El PP no es un partido con cuernos y rabo, sino uno de corte liberal-conservador, reformista y que pretende ocupar la centralidad política. En Cataluña además se juega con lo que se ha definido como el catalanismo político. No hay que confundirlo con el nacionalismo, pues implica compartir sentimientos que son compatibles con la idea de España para esa gran mayoría de ciudadanos que se sienten tanto catalanes como españoles.

P. Pero con un discurso propio, ¿no darán pie a que les acusen de decir en cada sitio una cosa, tal como ustedes han acusado al PSOE en los últimos años?

R. No, porque en el modelo de España, el modelo económico, modelo social, en las cosas básicas, el PP tiene una coherencia total. De lo que se trata es de que no se pueden contraponer intereses electorales de fuera de Cataluña con los del PP catalán.

P. Por ver ejemplos de ese perfil propio: la polémica sobre si el valenciano es valenciano o catalán, ¿le viene bien al PP catalán?

R. Esto ha sido un auténtico disparate propiciado por la Generalitat [catalana] y alimentado por el Gobierno español. La lengua no puede ser objeto de politización. La inmensa mayoría de los catalanes, yo tampoco, no tenemos ninguna duda sobre la unidad de la lengua. Luego hay diferentes variedades que permiten calificarla de manera distinta.

P. ¿Entonces, el valenciano y el catalán son lo mismo?

R. Desde el punto de vista de la unidad de la lengua, en Cataluña no tenemos ninguna duda. Pero tampoco tengo duda de que no puedo tener la petulancia de decirle a los valencianos cómo tienen que llamarle a su lengua.

P. Otro ejemplo. Su partido dice, al menos en Madrid, que nación no hay más que una y que se llama España. Eso, al PP de Cataluña, ¿qué tal le viene?

R. En términos de ciencia política el debate sobre el término nación es inacabable. Pero me parece un error profundísimo que se intenten trasladar los sentimientos a las instituciones. La Constitución de 1978 dejó este asunto razonablemente resuelto en su artículo 2, que habla de la nación española y del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones. Fue un buen hallazgo. ¿Por qué reabrirlo?

P. En esta legislatura el tema estrella es la reforma del Estatuto de Cataluña. ¿Cuáles son los límites para que el PP de Cataluña no diga "no"?

R. Hay dos límites: la Constitución y el sentido común. Hacer reformas del Estatuto catalán que impliquen decirle a los ciudadanos de toda España que, en función de lo que diga el Estatuto catalán tienen que modificar la Constitución, es un límite insuperable. Luego, el sentido común dice que España es un Estado autonómico en el que hay que garantizar derechos análogos a sus ciudadanos con independencia del territorio en el que vivan: todo hay que hacerlo de acuerdo con todas las autonomías.

P. Por bajar a elementos ya en el debate, ¿es un límite llamar a Cataluña nación o comunidad nacional en vez de nacionalidad?

R. Un límite es no entrar en debates que no aportan grandes cosas. Y he visto algún signo positivo en las fuerzas nacionalistas catalanes, pues empiezan a decir que más importante que los debates nominalistas es la financiación.

P. Esa financiación, ¿deberá ser equivalente al Concierto vasco?

R. Es evidente que para cualquier partido en Cataluña una aspiración permanente debe ser mejorar la financiación de nuestra comunidad autónoma. El PP va a estar ahí, pero desde el realismo. Todos, en cualquier autonomía, debemos aspirar a que la financiación per cápita se acerque a la que disfrutan las comunidades forales. No hay razón para que se sostenga la actual desigualdad. Pero habrá que hablar con seriedad y ver cómo repensar las competencias de las tres administraciones: Estado, autonomías y ayuntamientos. Nunca escucho a los partidos nacionalistas hablar de las competencias y financiación de los ayuntamientos.

P. ¿La financiación de los ayuntamientos puede incluirse en el Estatuto catalán?

R. Sí, se puede introducir en el debate y tenemos un gran interés en que la financiación local forme parte del debate de la reforma del Estatuto. Y se le puede dar un encaje estatutario en la Constitución. Los partidos nacionalistas no tienen interés y yo sí.

P. Y la autodeterminación.

R. Eso sí que es absolutamente incompatible con la espina dorsal de la Constitución española, que se basa en la soberanía del pueblo español y es indivisible.

P. Con estos elementos, ¿ha pensado hacer alguna OPA amistosa a cuadros de CiU o del PSC para ampliar su base electoral?

R. Con la excepción del 14-M, el PP ha ido ganando espacio acortando el del PSC. Y debemos ir avanzando también hacia un espacio político que estaba dominado por una CiU que no es la actual, que poco tiene que ver con la Convergència de Pujol que hacía del pragmatismo y la transversalidad el eje de su discurso político. Hoy están en el discurso de ERC y puede, por tanto, dejar desamparados a muchos votantes que defienden la estabilidad de las instituciones. No haremos una OPA, pero sí tenemos los brazos abiertos a aquellas personas que sienten cada vez más incómodas con un proyecto que ha dejado de ser lo que era. Y eso ya ha existido.

P. ¿Sería una oferta a los pragmáticos de CiU no soberanistas?

R. Todos los que quieran defender los intereses de Cataluña y tengan claro que el mejor marco es el que definen la Constitución y los Estatutos y no reniegan de la idea de España son bienvenidos.

El presidente del PP en Cataluña y candidato a la reelección Josep Piqué.
El presidente del PP en Cataluña y candidato a la reelección Josep Piqué.LUIS MAGÁN

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