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Los rehenes agradecen el apoyo de los afganos

Los tres empleados de la ONU que permanecieron secuestrados durante casi un mes en Afganistán dieron ayer las gracias por el apoyo recibido durante su experiencia y manifestaron que lo que más les ayudó a superarla fue pensar en el reencuentro con sus familiares y amigos.

Tras abrazar a sus compañeros en el cuartel general de Naciones Unidas en Kabul, la norirlandesa Annetta Flanigan leyó un comunicado en su nombre y en el de los otros dos rehenes, la kosovar Shquipe Hebibi y el diplomático filipino Angelito Nayan.

"La horrible experiencia que hemos vivido no ha cambiado nuestros sentimientos hacia los afganos, y la solidaridad que nos han mostrado durante 27 días de cautividad refuerza nuestro compromiso de apoyar a Afganistán en su transición hacia la paz y la democracia", dijo Flanigan, que está casada con un español. Con la voz temblorosa por la emoción, la abogada norirlandesa explicó que tras su liberación, el pasado martes, los tres habían tenido conocimiento de los numerosos mensajes de apoyo enviados por ciudadanos afganos, algunos de los cuales se ofrecieron a ocupar su lugar como rehenes. "Estamos emocionados, muy agradecidos por ello", dijo.

Los tres rehenes fueron secuestrados el pasado 28 de octubre tras colaborar en la organización de las elecciones presidenciales que ganó Hamid Karzai, el candidato apoyado por EE UU. Un grupo islámico llamado Jaish e Muslimin (Ejército de Musulmanes) amenazó con matarlos tras anunciar que los tenían bajo su custodia. Flanigan, Hebibi y Nayan fueron abandonados en un parque de Kabul a primera hora del martes. El Gobierno afgano aseguró que no se había llegado a acuerdo alguno con los secuestradores, a los que calificó de "delincuentes".

Por la mañana, los rehenes liberados fueron recibidos por Karzai en Kabul y dieron muestras de buen ánimo. Los periodistas no pudieron hacer preguntas, pero Nayan declaró que se encontraba bien. "Muchas gracias a todos mis compatriotas y a mi Gobierno", dijo el diplomático filipino.

El presidente afgano, Hamid Karzai (izquierda), en Kabul, junto a los tres empleados de la ONU liberados el martes.
El presidente afgano, Hamid Karzai (izquierda), en Kabul, junto a los tres empleados de la ONU liberados el martes.ASSOCIATED PRESS

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