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El grupo amplía la diversificación de su negocio al calor del nuevo auge de las aerolíneas de bajo coste

La operación anunciada ayer supone la segunda gran brecha que abre Abertis en la estrategia de crecimiento que puso en marcha tras su propia creación, fruto de la fusión de las empresas Acesa y Áurea: diversificar.

La primera brecha se abrió, hace un año y medio, con la sonada compra de la división audiovisual de Retevisión a Auna, por más de 400 millones de euros. Abertis tenía ya un pie en las telecomunicaciones, a través del operador (antes público) Tradia. Competencia acaba de aprobar la operación Retevisión Audiovisual, que pasa por una serie de condiciones, como que Retevisión y Tradia no se fusionen en un plazo de 10 años. Además, este viernes, Abertis debe decidir si presenta o no una oferta para el operador de telecomunicaciones británico NTL, para lo que pujaría en un consorcio con otros socios, como 3i.

Si las telecomunicaciones pesan ya un 17% en el negocio del grupo -y las autopistas acaparan aún un 74%-, el resto del negocio lo aportan los servicios logísticos y los aparcamientos.

Tanto el presidente de Abertis como su consejero delegado, Salvador Alemany, insistieron desde la Fundación de Abertis en dos cuestiones: la primera, que todas estas inversiones tenían un hilo conductor común, ya que se trata de gestionar diversos tipos de infraestructuras, y la segunda, que el próximo asalto sería la gestión de los aeropuertos.

En España, al menos hasta ahora, no se ha planteado ninguna privatización de la gestión de los aeropuertos, y fuentes próximas a Abertis desvincularon ayer la alianza con AENA -que enfatizó "la mejora y equilibrio de su participación internacional", hasta el momento localizada sólo en América Latina-, de ningún tipo de paso en este sentido. Abertis siempre mantuvo que se estaba entrenando en el negocio gracias al aeropuerto de Bogotá que aportó Áurea.

La apuesta por TBI, uno de los principales grupos británicos, se basa en la especialización de TBI en aeropuertos regionales, que han crecido al calor del auge de las aerolíneas de bajo coste. En septiembre pasado, el número de pasajeros de este segmento había registrado un crecimiento interanual del 12%. Los aeropuertos estrella de la compañía son los de Luton, en Inglaterra; Belfast, en Irlanda del Norte, y Cardiff, en Gales. TBI tiene una cartera diversificada de aeropuertos con 18 millones de pasajeros, un 72% de los cuales en el Reino Unido.

Además de estos tres aeropuertos, TBI es titular de otro en Suecia, tres en Bolivia y uno en EE UU, país en el que además gestiona otros cuatro. También gestiona el de San José de Costa Rica y otro en Toronto.

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