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La policía bloquea la salida de la plantilla de Izar en San Fernando para impedir cortes de tráfico

El enfrentamiento entre empleados y agentes se prolongó durante nueve horas

Un centenar de policías impidió ayer la salida de los trabajadores de Izar en la factoría de San Fernando (Cádiz), que pretendían manifestarse y cortar, de nuevo, el tráfico ferroviario y automovilístico. Durante nueve horas, de 8.00 a 17.00, los empleados de Izar lanzaron tornillos y tuercas mientras esquivaban los botes de humo y las pelotas de goma que les arrojaban los agentes, desplazados hasta la zona en una veintena de furgones antidisturbios. Los trabajadores tienen previsto sumarse mañana a una concentración en Sevilla ante la Delegación del Gobierno y el palacio de San Telmo.

Las intenciones de los trabajadores isleños quedaron abortadas muy temprano. A las 7.00, los empleados habían previsto bajar de los autobuses que los trasladan hasta el interior de la factoría, antes de completar el trayecto para comenzar su protesta sin necesidad de pasar antes por el astillero. A la altura de la rotonda de la Venta Vargas, la Policía detuvo a los autobuses y prohibió a los conductores abrir las puertas.

Los agentes custodiaron los vehículos hasta la entrada de la planta isleña, con lo que obligaron a los operarios a entrar en su lugar de trabajo. Tras una asamblea, la plantilla decidió salir en manifestación desde la factoría pero la elevada presencia policial, con una veintena de furgones y un centenar de agentes, se lo impidió.

Algunos trabajadores se encararon con los policías y exigieron que les dejaran paso. Un alto mando les avisó de que la protesta no estaba autorizada y que, por lo tanto, debían regresar a sus puestos de trabajo. La tensión se incrementó entre ambas partes hasta que comenzó un intercambio de objetos. Los empleados utilizaron piedras, tuercas, tornillos e, incluso, cohetes y bengalas náuticas. Los agentes respondían con gases lacrimógenos y pelotas de goma.

Los refuerzos policiales hicieron retrasar su posición a los manifestantes, que tuvieron que atrincherarse dentro de la factoría, desde donde siguieron tirando objetos. Antes, habían quemado contenedores para formar barricadas y habían utilizado de parapeto dos botes salvavidas, que habían inflado sobre la carretera.

La presencia de los agentes se mantuvo durante toda la mañana. A las 14.00 permitieron el paso de los vehículos que salían del arsenal militar de la Carraca, ubicados en los anexos a la factoría de Izar. Minutos más tarde, entraron los autobuses para recoger a los trabajadores, pero, en señal de protesta, los operarios de astilleros decidieron "resistir" en la factoría, por lo que los vehículos regresaron vacíos. No fue hasta las 17.00, casi nueve horas después, cuando los empleados abandonaron andando la factoría, siempre vigilados por la policía en previsión a cualquier amago de corte de tráfico o destrozo de mobiliario urbano.

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