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La protesta contra un centro de indigentes obliga a cortar Vía Carpetana todo el día

Un centenar de agentes acordonan el velódromo para permitir el paso de los camiones municipales

Quince vecinos y dos policías locales, contusionados leves. Ése es el saldo de la protesta vecinal, protagonizada por unos 150 vecinos de Carabanchel y un centenar de policías municipales. La concejal de Empleo y Servicios al Ciudadano, Ana Botella, calificó la actuación municipal de "impecable".

A las cuatro de la madrugada del lunes, los agentes comenzaron a desalojar las inmediaciones del velódromo, ubicado en la Vía Carpetana, y permitir así que los operarios instalasen un centro para 120 indigentes durante la campaña municipal contra el frío. Los vecinos se opusieron. La calle permaneció ayer cortada todo el día por las protestas. La oposición vecinal a que se abra un albergue temporal para indigentes en Carabanchel es radical.

El pasado lunes ya tomaron los alrededores del velódromo y cortaron por primera vez la calle. Entonces, la concejal Ana Botella se reunió con ellos y los emplazó a una reunión el viernes en la que tanto Ayuntamiento como los vecinos expondrían sus propuestas.

Botella no acudió, pero sí el coordinador general de Servicios Sociales, Antonio de Guindos, con una carta de la edil en la que insistía en la misma propuesta: el albergue estaría allí desde diciembre a marzo, se garantizaría la seguridad en el lugar durante ese tiempo y en junio se empezará a rehabilitar el velódromo, que comenzó a construirse en 1990 y que hasta ahora ha estado abandonado.

Pero esa solución "unilateral" no convence a los vecinos, que quieren que el velódromo sea un centro deportivo a partir de ahora, y no a partir del abril, cuando finalice la campaña de frío. "No somos ni racistas ni insolidarios", gritaban ayer los vecinos, que se quejan de que ya tienen un albergue permanente, San Martín de Porres, otro centro de acogida y una narcosala. "Ya hemos cumplido con creces con nuestra cuota de marginalidad", decía María del Carmen López, comerciante y vecina de la zona.

Los conflictos comenzaron temprano. Poco antes de las cuatro de la madrugada 19 vehículos de la Policía Municipal, con las luces apagadas, según afirman los testigos, llegaron al velódromo para desalojar a las 21 personas que acampaban allí desde hace una semana. "Llegaron y, sin mediar palabra, nos sacaron a empujones y en volandas", explica Milagros Balburgo, de 76 años, una de las vecinas que montaban guardia. "Me placaron como en el rugby", dice Rafael Porras.Los vecinos de Carabanchel están convencidos de que el albergue temporal traerá más inseguridad al barrio, más robos y más delincuencia "de la que hay". Y se oponen a ello. Quieren que las instalaciones del velódromo se destinen a zonas deportivas o a un centro de ocio.

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En la retina de todos, y en el día a día de muchos, como Carmen, que perdió a un hijo de 32 años por la droga, está todavía el poblado de toxicómanos que durante años soliviantó a todos. "Una vez que estén instalados [los indigentes] ya no se querrán marchar y nos quedaremos nosotros con toda la delincuencia", explicaba Óscar Zayas detrás de la barrera policial que impedía a las personas cruzar la Vía Carpetana. "Los albergues atraen a la marginalidad, y nosotros estamos poco a poco saliendo de ella", decía una mujer.

Estos argumentos de los cientos de vecinos que se mantuvieron todo el día frente a las puertas del velódromo detrás del cordón policial, no impidieron que a partir de las nueve de la mañana -entre ingentes medidas de seguridad- comenzase el montaje de los prefabricados que acogerán a 120 indigentes a partir del próximo jueves y hasta el 31 de marzo. Pero los enfrentamientos entre la policía y los vecinos habían comenzado hacia las cuatro de la madrugada cuando, alertados por los gritos y silbatos de las 21 personas que montaban guardia durante la noche, cientos de vecinos se lanzaron a la calle.

Desalojo nocturno

"Nos han echado dando golpes", comentaba Manoli Santiago, de 49 años, con la pierna vendada: "Ni tan siquiera me han dejado coger mi bolso", explicaba la mujer. "Han ido a saco. Me han tirado al suelo entre dos para quitarme el megáfono", relataba Rafael Porras, el responsable del megáfono que habían comprado entre todos para avisar de la llegada de la policía.

Porque los vecinos ya sabían que ayer comenzaban los trabajos, y tenían previsto concentrarse a partir de las cinco de la mañana. "La policía había venido el sábado a las tres de la mañana y arrancó los carteles que teníamos, pero nos dio tiempo de avisar por el megáfono, bajamos muchos y la policía se fue", cuenta Óscar. Pero ayer no hubo tiempo de avisar. Cuando comenzó la gente a llegar, las fuerzas de seguridad ya habían conseguido desalojar el velódromo.

"Ni que fuéramos terroristas", comentaban muchos vecinos. Nati Cordobés, 23 años, con el brazo en cabestrillo; Antonio Rodríguez, 51 años, con el codo partido; Concha Madro, 48 años, "sin voz del mismo miedo", siguieron en la calle después de volver del hospital. En Carabanchel están decididos a continuar con las manifestaciones para impedir que se abra el centro de acogida.

La concejal Ana Botella, a la que los vecinos acusaron de "poco solidaria", justificó en la Junta de Distrito de Carabanchel la decisión de que el velódromo se abra dentro de la campaña contra el frío. La edil afirmó que los vecinos tienen que "estar seguros" de que las condiciones del antiguo canódromo serán mejores cuando termine la campaña del frío. Botella calificó de "impecable" la actuación de la Policía Municipal y destacó la "profesionalidad" de los agentes, al tiempo que lamentó los incidentes acontecidos.

En la oposición, el concejal del PSOE Pedro Zerolo se mostró de acuerdo con los vecinos, y dijo que en Carabanchel "no hay que instalar nada que no sea estrictamente deportivo" en el antiguo canódromo. Desde IU su portavoz, Inés Sabanés, destacó la "nula capacidad de diálogo" y la "falta de alternativa" del Ayuntamiento, así como llamó a la "calma y el diálogo".

Agentes de la Policía Municipal impiden el paso a los vecinos de Carabanchel que protestan contra la instalación temporal de un centro de indigentes.
Agentes de la Policía Municipal impiden el paso a los vecinos de Carabanchel que protestan contra la instalación temporal de un centro de indigentes.RICARDO GUTIÉRREZ

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