La actividad femenina en el campo ha crecido un 20% en cuatro años

La tasa de actividad femenina en el medio rural se ha incrementado en los últimos cuatro años un 20%. Este dato, con ser relevante, no puede ocultar las situaciones de "desigualdad y discriminación" que sufren 800.000 mujeres andaluzas que residen en pueblos de menos de 10.000 habitantes, tal y como recalcó ayer en Jaén la consejera de Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro.

La consejera admitió la necesidad de aplicar "políticas públicas" para corregir esa tendencia. Y es que, según Navarro, "no es igual trabajo que empleo", puesto que muchas mujeres trabajan "sin ningún reconocimiento económico y social".

La cotitularidad de las explotaciones familiares es una de las principales reivindicaciones de las mujeres que habitan en el medio rural. Actualmente, sólo una mujer por cada tres hombres es titular de la tierra en la que trabaja. Esa circunstancia, y el hecho de que muchas ni siquiera estén dadas de alta, impide a las mujeres acceder a recursos económicos y sociales como el subsidio de desempleo o las pensiones.

"El reconocimiento económico y social se consigue cuando se tiene un empleo que genera un derecho social", señaló la consejera de Igualdad y Bienestar Social al inaugurar en Jaén las jornadas sobre el papel de la mujer en el medio rural organizadas por la Asociación de Mujeres Rurales de Andalucía, Ademur.

Actualmente, de las más de tres millones y medio de mujeres que viven en Andalucía, 800.000 (un 31%) residen en municipios menores de 10.000 habitantes, un porcentaje de mujeres que, según Micaela Navarro, "no son ajenas al proceso de desarrollo que se está experimentando en Andalucía". De la importancia de este colectivo da cuenta el hecho de que el 77,66% de las 1.200 asociaciones de mujeres que hay en Andalucía están ubicadas en zonas rurales.

En torno al 60% de los preceptores del subsidio agrario en los últimos años (una media de 220.000 personas) han sido mujeres, lo que evidencia la influencia del sexo femenino en las tareas agrícolas y ganaderas. Sin embargo, sólo el 26% de las mujeres tienen reconocidos sus derechos en el sector agrario, y el 74% restante se encuentran en situación irregular. Además, solamente el 10% de las mujeres que trabajan en la explotación familiar reciben prestaciones sociales.

La consejera subrayó que "los condicionantes culturales y sociales presionan más a las mujeres para que no abandonen el papel tradicional de amas de casa y cuidadoras del hogar, mientras que fuera de casa suelen ocupar los trabajos menos cualificados y peor pagados". Navarro puso como ejemplo de la "desigualdad y discriminación" de la mujer al sector agrario, donde en muchas faenas el hombre cobra un salario mayor por un mismo trabajo.

"Políticas públicas"

Para cambiar esta tendencia, la consejera admitió que son necesarias "políticas públicas" que "acerquen" al medio rural servicios como guarderías, escuelas infantiles o la adaptación de los horarios laborales a cada trabajador. En esa línea, Navarro destacó que "es fundamental" seguir aplicando programas de desarrollo, como los comunitarios o los que promueve el Instituto Andaluz de la Mujer, y políticas de inserción de empleo para acabar con esa situación de desigualdad.

La presidenta de Ademur, Montserrat Moyano, resaltó el papel que las mujeres han jugado "para fijar la población en el medio rural" y lamentó que el trabajo de muchas de ellas "no aparezca reflejado en las estadísticas oficiales". La cotitularidad real en la agricultura y la ganadería o el auge de los proyectos de economía social fueron algunos de los temas abordados en las jornadas organizadas por el colectivo de mujeres rurales.