De Aluche
Esta noche, como la de mañana, como las de todos los viernes y sábados, aquí, en Aluche, en el parque de las Cruces, se han reunido grupos heterogéneos de adolescentes homogéneos para charlar, reír, conocerse, jugar, tocar los timbales, oír música, bailar... No les importa el frío ni la lluvia, sus rostros aún no definidos son idénticos unos de otros, ingenuos, alegres. Son ellos rebeldes, solidarios, amados, amantes, enamorados de la vida, vitales. Maravillosos.
Y comen, beben y orinan. Mañana, como las mañanas de todos los sábados y domingos, aparecerán los caminos, césped y bancos repletos de restos de comida, bebida, plásticos y olor a orines. Y las escasas papeleras, repletas, y en su base, montones de basura; esto es todo. Ni una planta dañada, ni un banco destrozado, ni una farola apedreada.
Nuestros hijos se han relacionado y divertido como han podido y querido, pero podía haber sido mucho mejor si les pusiéramos contenedores de vidrio y de papel, cubos de basura, cabinas sanitarias.