Aire fresco para los jeques
La empresa lleva 40 años fabricando refrigeradores para medio mundo
Enrique Campos, padre, creó hace 40 años Monfri, una empresa cordobesa dedicada a la refrigeración de grandes espacios industriales y de ocio. A los 79 años, sigue yendo todos los días a la oficina, aunque reconoce que ya está de retirada. La empresa está ahora en manos de sus dos hijos Javier, director comercial y gerente, y Enrique, director técnico. Campos, padre, ironiza sobre el futuro de Monfri: "A mí me gustaría que mis nietos continuaran la saga aunque yo me vaya para el otro barrio... Quizás, allí montaré otra empresa de climatización".
El malagueño Enrique Campos era militar. Estudió en la Escuela Politécnica del Ejército y estuvo trabajando en Tablada (Sevilla) en la reparación de aviones militares en los años cincuenta. Pero fue trasladado a las Islas Canarias y se topó de bruces con la refrigeración. "El teniente coronel, que tenía muy mala leche, me dijo que se había estropeado la cámara frigorífica del regimiento y que había que arreglarla, yo le dije que de cámaras frigoríficas no entendía una patata". Pero Campos tuvo que aprender hasta que consiguió reparar la máquina.
Monfri se especializó en un tipo de refrigeración basada en la evaporación del agua
Desde las Canarias fue destinado al Cuartel de Montaña de Jaca... "Me dije: Qué hago yo aquí sabiendo de refrigeración con el frío que hace. Así que me fui a Córdoba, donde hace más calor, y empecé a hacer instalaciones de cámaras frigoríficas y de congelación".
Campos compaginó su actividad militar con instalaciones en Málaga, en Valencia, en Badajoz, en Ceuta... "Me jugaba el bigote, porque entonces un militar no se podía alejar más de 10 kilómetros de su punto de residencia".
En 1964 fundó Monfri, aunque no se desvinculó definitivamente de la institución militar hasta el año 1973. "Me salí del Ejército porque me costaba el dinero; me faltaba tiempo para dedicarme a mi negocio. Además, el sueldo no llegaba para darle a mis hijos carreras superiores".
Desde los años setenta, Monfri se especializó en un tipo de refrigeración basada en la evaporación del agua. Campos cuenta que este sistema ya lo conocían los romanos y los árabes, quienes disfrutaban del frescor del agua evaporada que generaban las olas del mar al romper en los acantilados. Así que Campos utilizó la naturaleza como fuente de inspiración para la construcción de los aparatos de aire acondicionado que, todavía hoy, fabrican en el polígono de Chinales de Córdoba. Ahora, están preparándose para trasladarse al nuevo parque tecnológico de Rabanales.
A lo largo de sus 40 años de existencia, Monfri se ha especializado en los sistemas de refrigeración para grandes superficies como naves industriales, cines y talleres. Las ventas, cuya facturación ronda los tres millones de euros anuales, las realizan a través de los instaladores y de las grandes ferias internacionales del sector. Precisamente, Enrique, hijo, está representando a Monfri durante estos días en la muestra internacional de Dubai, capital de los Emiratos Árabes Unidos.
Alrededor del 70% de las ventas e instalaciones de Monfri son nacionales. Pero ese 30% se reparte por medio mundo: "Tenemos aparatos en Egipto, Palestina, Israel, Japón, Argentina, Chile, Arabia Saudí, Francia, Brasil, México, Malaisia...", afirma Javier Campos.
El mundo árabe es preferente para esta empresa cordobesa. Padre e hijo cuentan que en algunos de los palacios de los jeques saudíes hay refrigeradores Monfri. Hace años, diseñaron un cartel que pegaban en sus refrigeradores en el que se podía leer en árabe Córdoba, Andalucía. "Ellos
siempre tienen en mente Al-Ándalus", explica Javier Campos.
El padre recuerda cómo en los años ochenta enviaron más de 100 aparatos a Irak, para una promoción de viviendas: "Pero estalló la guerra de Irán contra Irak y no pagaron, allí estarán todavía nuestros aparatos".
La facturación de Monfri ronda los tres millones anuales. Pero, tal y como explica el director técnico, esta cifra fluctúa cada temporada: "Depende del calor que haga". El padre y fundador de Monfri lo explica gráficamente: "Nuestras ventas son proporcionales a la temperatura ambiente. Que el calor empieza en abril, se desboca todo el mundo pidiendo aparatos. Que llega en julio, malo".
Ahora están en temporada baja y la plantilla la conforman 20 trabajadores. Desde marzo y hasta finales de julio, tendrán la producción alta y llegarán a emplear a 30 o 35 personas.
Pero Monfri no quiere perder cinco o seis meses de producción por lo que, además de ampliar fronteras hacia los países en los que siempre se necesita refrigeración, están sacando al mercado una línea de generadores de aire caliente. "Queremos dejar de ser un producto de época", sentencia Enrique Campos, padre.
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