El Ayuntamiento quiere duplicar el carril bus-VAO y ampliar la calzada
Urbanismo pretende impedir el bloqueo de la vía cada vez que se avería un autobús
El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, solicitó el jueves a la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez, que estudiase la forma para que el carril bus-VAO de la autovía de A Coruña entre Puerta de Hierro y Moncloa tenga una salida de emergencia y no se bloquee cada vez que un autobús se avería en él. La edil ya tiene algunas propuestas como la duplicación del carril bus-VAO, que ampliaría la calzada en dos metros desde Puerta de Hierro a Moncloa en dirección Madrid, o reconstruir el puente de la glorieta del Cardenal Cisneros para permitir el paso de dos autobuses.
El Ayuntamiento está decidido a evitar que miles de personas tengan que llegar de nuevo a Moncloa a pie. Lo habitual es que el bus-VAO de la carretera de A Coruña (A-6), destinado al transporte público y a los turismos con dos o más ocupantes, quede colapsado cuando se estropea un autobús, bloqueando el acceso al intercambiador de Moncloa. En lo que va de 2004 este episodio se ha repetido en tres ocasiones. En la Concejalía de Urbanismo están manos a la obra, y ya se han planteado las primeras soluciones.
La primera, duplicar el carril bus-VAO, para que pase de tener un solo carril en dirección Madrid, limitado por separadores de hormigón, a tener dos vías de entrada en la ciudad. Para que esa reforma sea posible, explica la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez, habría que ampliar la calzada en sentido Madrid en dos metros, y desplazar los carriles.
El puente de la glorieta del Cardenal Cisneros también sufriría una remodelación: sería derribado y vuelto a levantar para permitir que dos vías, y no una como pasa actualmente, tengan entrada en el intercambiador de Moncloa. Estas actuaciones, que serán presentadas al alcalde el próximo jueves, tendrían lugar exclusivamente en el tramo de la A-6 que depende del Ayuntamiento.
El carril bus-VAO, que comenzó a funcionar el 13 de abril de 1994, enlaza Moncloa con Las Rozas. De sus 16,1 kilómetros de longitud, sólo el primer tramo, el comprendido entre Moncloa y Puerta de Hierro -de 3,8 kilómetros- es de competencia municipal, el resto es responsabilidad del Gobierno central. El Ministerio de Fomento traspasó en marzo de este año las competencias de este tramo al Ayuntamiento con motivo de la cesión de la M-30. A partir de ese momento estos casi cuatro kilómetros se consideran vías urbanas y, por tanto, las actuaciones que se acometan en él dependen de la voluntad municipal.
Tramos móviles
Precisamente en el trozo de titularidad municipal de la A-6, cinco tramos de la barrera que limita el carril bus-VAO son de plástico y están rellenos de hormigón para evitar su desplazamiento por golpes o por la acción del viento.
Los técnicos municipales han especulado con la posibilidad de que en situaciones como la del pasado jueves -un autobús se estropeó en el túnel de salida del intercambiador de Moncloa e impidió la entrada y salida de vehículos durante una hora- se puedan eliminar estas barreras en esos cinco puntos, para que los autobuses se incorporen en los carriles habituales. Pero parece que es poco factible: los conductores encontrarían dificultades para maniobrar debido al espacio reducido de la vía de bus-VAO y de estos tramos móviles.
Otra de las posibilidades que barajan desde la Concejalía de Urbanismo es habilitar un autobús con dos cabezas -puede conducirse desde la parte delantera y la trasera- para que, en caso de congestión, remolque al vehículo averiado y pueda trasladar a los viajeros hasta el intercambiador de Moncloa.
La edil de Urbanismo confirmó ayer que el Ayuntamiento estaría dispuesto a acometer estas reformas, siempre y cuando lo autorice el Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid y sea éste quien sufrague los costes, que por el momento no se han cuantificado.
De igual forma, Martínez anunció que es necesario crear un Plan de Movilidad que contemple el número de viajeros que entran y salen de la ciudad de Madrid, así como un Plan Estratégico Regional. Éste último debería atender a aspectos como el urbanismo, transporte, y hábitos de madrileños, entre otros factores, que influyen en los colapsos circulatorios que se crean en las carreteras madrileñas.
"Hay que estudiar las necesidades de la red de transportes.No se puede dejar de intervenir en el transporte público y buscar soluciones alternativas para descongestionar el tráfico", afirmó la edil, quien apostó por la creación de aparcamientos disuasorios en las entradas a la capital.
Según la concejal de Urbanismo, sería necesario que se reconsidere el uso de la M-40, "que debe servir como vía de circunvalación y como alternativa para evitar la entrada masiva de vehículos en el centro", ante el uso de otras carreteras. La construcción de esas bolsas de aparcamiento alrededor de la M-40 permitiría, en su opinión, descongestionar en parte otras vías muy saturadas, como pueda ser la propia M-30.
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