Maragall acusa a Mas de agitar el asunto de la inmigración sin aportar soluciones
El líder de CiU propone el cierre del espacio Schengen durante el periodo de regularización
El líder de la oposición, Artur Mas (CiU), propuso ayer en el Parlament "el cierre del espacio Schengen" mientras dure el periodo de regularización de inmigrantes para evitar que "el efecto llamada" atraiga todavía a más extranjeros hacia Cataluña. La propuesta provocó una dura réplica del presidente Pasqual Maragall, que acusó a Mas de dar vueltas en torno a un asunto tan sensible como la inmigración sin aportar soluciones a los problemas que plantea.
Mas pidió al presidente, en la sesión de control parlamentario al Gobierno, que le informara sobre la marcha de los resultados de las negociaciones emprendidas con la Administración central sobre el reglamento de la Ley de Extranjería. En concreto le reclamó que especificara cuántas de las 47 medidas para afrontar los problemas relativos a la inmigración elaboradas por el Gobierno de la Generalitat habían sido tenidas en cuenta.
Maragall le respondió que la negociación seguía su curso y no podía concretar resultados todavía. Más advirtió entonces que el proceso de regularización de inmigrantes extranjeros "puede afectar a decenas de miles de personas en Cataluña" y puede provocar un "efecto llamada" que supondría que "dentro de dos o tres años volveríamos a estar igual".
Para evitar una situación de este tipo, Mas anunció que CiU promoverá un acuerdo en el Parlament para solicitar "el cierre del espacio Schengen" mientras dure el proceso de regularización. El argumento de CiU es que de esta forma se cerrarían las fronteras a los inmigrantes en situación irregular desde los demás países de la Unión Europea.
Pero Maragall consideró que el enfoque dado por Mas a este asunto se basa excesivamente en "reducirlo" a aspectos "identitarios" y de competencias y en enviar a los ciudadanos el mensaje de que se quiere limitar la inmigración "cuando después no se limita". La solución a los problemas creados por el auge de la inmigración es, afirmó, no promulgar leyes para impedir la inmigración, sino "invertir en la construcción de viviendas, de escuelas y en los barrios donde ha habido problemas realmente graves".
"Veo que en las últimas semanas ha tenido una dedicación importante al asunto de la inmigración", le dijo Maragall a Mas, "pero no veo qué soluciones le dan".
En la misma sesión de control, el portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Joan Ridao, pidió a Maragall que "ponga de su parte" todo lo que pueda para que el Gobierno español atienda las demandas de Cataluña en la reforma del Estatut, el reconocimiento del catalán y los traspasos pendientes.
Maragall le replicó recordando que el presidente Rodríguez Zapatero ha dado estos días prueba de que no comparte el "fundamentalismo españolista" y pidió a su vez a ERC que se implique en el empeño del Ejecutivo de la Generalitat para impulsar el desarrollo de un modelo de Estado plurinacional, como está previsto en el pacto del Tinell.
Titulares de prensa para Piqué
Pasqual Maragall provocó ayer las iras del líder del PP en Cataluña, Josep Piqué, al leerle una larga serie de titulares periodísticos para ilustrar la evaluación positiva que se hace de su acción de gobierno.
Piqué quería que Maragall respondiera con otro tipo de argumentos a una de sus afirmaciones: "Si preguntan a los ciudadanos, e incluso a algunos de sus diputados, que digan sin pensar una medida positiva adoptada por su Gobierno, se llevarían un disgusto".
Pero Maragall le replicó leyendo titulares del día que juzga positivos sobre la marcha del país: "Auna va al 22@ con más de 100 técnicos', "Contrato de Repsol y Gas Natural en Argelia por 30 años"; "El investigador Manuel Perucho de La Jolla, California, vuelve a Cataluña como especialista en genética del cáncer"; "Desdoblamiento del Eje Transversal", "Convergència, en busca del pal de paller". Se permitió Maragall incluso algunos comentarios, del estilo de "buena noticia", o, en el caso de la relativa a Convergència, "espero que encuentren el pal y no la aguja".
Todo esto indignó sobremanera a Piqué, quien poco después anunció que el PP había pedido una comparecencia del propio Maragall en comisión para que informe sobre su comportamiento en las sesiones de control. "El presidente las desvirtúa porque no responde a las preguntas", se quejó.
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