El Festival de Cine Iberoamericano de Huelva homenajea a la actriz Concha Velasco

La actriz Concha Velasco afirmó ayer, emocionada, que nada ha sido mejor en su vida que trabajar como intérprete. "Soy una actriz vocacional", afirmó en el transcurso del homenaje que le rindió el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Concha Velasco señaló que el único límite que pone a su profesión es la familia. "Siempre le he dado mucha importancia a mi vida personal. Por eso hubo una época en mi vida, cuando era joven, en la que rechacé contratos teatrales importantes". Concha Velasco recogió en la gala de anoche el Premio Ciudad de Huelva.

Concha Velasco aseguró ayer que se halla en el mejor momento para afrontar propuestas cinematográficas que en el pasado no pudo realizar, pero reconoció estar en una "edad difícil". "No se escribe cine para mujeres de cierta edad y, si se escribe, son pocas las oportunidades y muchas las que noslanzamos sobre cada proyecto", dijo.

También alabó el triunfo internacional obtenido por actores españoles como Antonio Banderas o, en otra época, Fernándo Rey o Paco Rabal. "Yo los admiro profundamente", indicó. La actriz detalló su evolución profesional: "Es muy bonito empezar por abajo. Lo difícil es llegar a un tope y saber asumir la bajada. Cuando se llega a un punto, hay que aprender a bajar las escaleras del éxito lentamente. Espero descender esas escaleras del éxito tan despacio como las subí", dijo.

Concha Velasco señaló que sólo tenía "palabras de agradecimiento" para la profesión artística. "No tengo una nostalgia dolorida sino feliz, porque me han pasado muchas cosas buenas desde que empecé y ha habido muchas personas, directores, productores y técnicos, que me han ayudado a subir peldaños", indicó. La actriz afirmó ayer haber trabajado siempre con los mismos directores, entre ellos, Pedro Olea que dirige actualmente la obra teatral Inés Desabrochada, de Antonio Gala, con la que ella está de gira por España.

Esta actriz, que es una mujer más de comedia que de tragedia, según explicó, afirmó que uno de los papeles más complejos que ha representado fue el de Teresa de Jesús. "Cada vez que vuelvo a ver alguna de las escenas me pregunto cómo fue posible que hiciera ese papel. No lo podría repetir. En aquella interpretación me ayudó a representar el papel la propia Santa Teresa, estoy segura", indicó.

Además, el Festival ha editado con motivo de este homenaje el libro titulado Diario de una actriz, del periodista Andrés Arconada, con prólogo de José Sacristán.

Por otra parte, ayer se presentaron en el festival onubense las películas de la sección a concurso El corazón de Jesús, de Bolivia y La casa de enfrente, de Guatemala. La primera, dirigida por Marcos Loayza, narra la historia de un viejo empleado público llamado Jesús que, por una equivocación, acaba internado en un pabellón de enfermos terminales para evadir sus deudas. La película viene a expresar una máxima de que "la única salida a una crisis es la resurección", según el director. Marcos Loayza indicó que la trama de esta cinta tiene ciertas influencias de la Divina comedia: "Doctor Ordóñez, un empleado público atravesaba siete infiernos para hacer un trámite y le acompañaba en aquellos infiernos una mujer, Beatriz, que finalmente fue lo único que le quedó".

La casa de enfrente, dirigida por Elías Jiménez, es un relato de corrupción, un tema que preocupa mucho en Guatemala. Ángel, el protagonista, descubre un desvío millonario de fondos nacionales en el transcurso de una auditoría en el Ministerio de Inversiones Internas. "La corrupción se halla en todos los niveles. Además, dentro de este asunto, tratamos otros subtemas como la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, que es casi la cotidianeidad de la vida de los ciudadanos guatemaltecos y, por extensión, latinoamericana", señaló. El director afirmó que su cinta es la primera después de 36 años de guerra.