Zambrano fue ateneísta

El pasado 29 de octubre, fui a un cine comercial para ver la película María querida, sobre la ilustre filósofa María Zambrano. Me había extrañado que, habiéndose rodado algunas escenas en el Ateneo de Madrid, no me hubieran invitado a la presentación, pero no le di mayor importancia. Cuando vi la película en la que María Zambrano se pasea largamente por distintas salas del Ateneo de Madrid, observé que el nombre de esta institución no aparecía ni se mencionaba en ningún momento, y entonces comprendí la razón de que no me hubieran invitado.

Es sabido que María Zambrano fue socia del Ateneo y tuvo una participación muy activa en sus actividades. Hubiera sido bueno que en algún momento se mencionara el nombre de la institución para que aquellos que nunca han visitado sus salas descubrieran la belleza de sus instalaciones. Es cierto que en la lista de reconocimientos finales aparece nuestro nombre aunque sea el momento en el que la mayoría de los espectadores ya no prestan atención a la proyección.

Esta carta, más que nada, pretende que los espectadores sepan que esas bellas salas que aparecen en la película pertenecen al Ateneo de Madrid y que María Zambrano fue socia activa de esta histórica institución.