El PRI recupera poder tras vencer en las regionales de México
El desencanto con Fox impulsa el avance del antiguo partido en el Gobierno
El opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) ganó este domingo la mayoría de los gobiernos, diputaciones y alcaldías puestas en juego en las elecciones de cinco de los 31 Estados de México. Sueña ahora con recuperar la presidencia de la república en las generales de 2006. Retuvo los gobiernos de Tamaulipas y Puebla, y disputa Sinaloa y Tlaxcala. Régimen durante siete decenios, perdió su hegemonía en las generales de 2000.
El desencanto causado por la presidencia de Vicente Fox, miembro del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), y la corporativa implantación priísta en buena parte de México, principalmente en el campo, son dos factores que explican el surgimiento del vetusto movimiento posrevolucionario.
El PRI navega con vientos favorables: tiene cuadros experimentados, es improbable una drástica remontada del oficialismo, y posible el desafuero y procesamiento del presidenciable alcalde de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), izquierda, favorito en los sondeos previos a las generales de 2006. Si el populista regidor es condenado, con cargos de desacato de una sentencia sobre paralización de obras, quedaría inhabilitado como candidato al presentar antecedentes penales. Las consecuencias serían desestabilizadoras, según el PRD, que habla de conjura. Este partido perdió el domingo el gobierno de Tlaxcala y numerosos votos en otras demarcaciones.
La derrota de la izquierda en el pequeño Estado revela su desunión interna y profundas carencias ideológicas y orgánicas. La jefatura perredista no respaldó, al menos oficialmente, a la candidata del partido, María del Carmen Ramírez, esposa del actual gobernador, Alfonso Sánchez, también del PRD, porque antes había condenado la eventual entrada en la liza por la presidencia de México de Marta Sahagún, esposa de Fox. El presidente nacional del PRD, Leonel Godoy, atribuyó la derrota de Ramírez a la corrupción de gente muy cerca al alcalde de la capital federal. La Hillary tlaxcalteca fue vencida ampliamente por el PAN y el PRI. Ayer culpaba a las rencillas del PRD.
Ninguna culpa a su esposo, que se asignó una paga de despedida de cerca de 300.000 dólares (unos 230.000 euros), equivalente a dos años y medio de su salario. No olvidó a su chófer: más de 120.000 dólares. Según un documento de la Secretaría de Finanzas de Tlaxcala, Sánchez utilizó una partida de cerca de seis millones de dólares para gratificar a 279 funcionarios y ex colaboradores y miembros del equipo de campaña de su mujer. El gobernador saliente, a juzgar por las denuncias, pareció haber aplicado la práctica priista durante el último año de cada mandato sexenal: "El año de Hidalgo: pendejo el que deje algo". La mayoría de los mexicanos apenas ingresa 150 dólares al mes.
El PRI, mientras tanto, sigue derrochando demagogia y oportunismo y procura no romperse. De hecho, hay varios PRI. Entre sus filas se agita un cóctel explosivo: el partido ganó las legislativas del año 2003, la mayoría de las estatales de este año, pero le sobran indefiniciones programáticas, maquinaciones y aspirantes a la nominación presidencial. Una coalición de siete gobernadores y el presidente del Senado, Enrique Jackson, todos con ambiciones presidenciales, pidió reglas claras al presidente del partido, Roberto Madrazo, que también quiere serlo de México dentro de un año y siete meses. El árbitro fue solicitado por Arturo Montiel, gobernador del Estado de México; Natividad González, de Nuevo León; Miguel Alemán, de Veracruz; Tomás Yarrington, de Tamaulipas; Enrique Martínez, de Coahuila; Manuel Ángel Núñez, de Hidalgo, y Eduardo Bours, de Sonora. Les une su coincidencia en desbancar a Madrazo. "Con él no ganamos la presidencia", señala uno de sus portavoces.
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