Sofisticación estética y sentido práctico
Las virtudes prácticas de los monovolúmenes pequeños, con una imagen más sofisticada y distinguida. El Lancia Musa es un utilitario diferente que aporta el atractivo del diseño italiano como argumento distintivo. Y es también una alternativa algo más asequible que los modelos pequeños de las marcas de prestigio, como los Audi A2, Mercedes Clase A y Mini: se vende a partir de 15.700 euros (1.4 16v. de 95 CV).
Diseño italiano
La mayoría de los modelos de las marcas más populares están pensados para conquistar a grupos de compradores muy amplios y se fabrican en grandes tiradas para reducir costes. Pero hay también fabricantes que prefieren concentrarse en quienes buscan algo diferente y más exclusivo. Es el caso de Lancia y el Musa, un monovolumen pequeño, hermano gemelo del Fiat Idea. Al igual que éste, comparte la base mecánica de otros utilitarios del grupo (Fiat Punto y Lancia Ypsilon), pero vestido con un traje más elaborado.
El Musa tiene una línea monovolumen muy marcada: capó delantero y parabrisas unidos en un mismo trazo. La carrocería es casi igual que la del Idea, pero se han cambiado los detalles para ofrecer un aspecto más exclusivo y sofisticado. Se aprecia en el frontal, que incluye una elegante parrilla de estilo retro inspirada en la tradición estética de Lancia. El lateral con las cuatro puertas es más convencional. Y la zaga aporta detalles curiosos, como la anchura del marco de la luneta trasera, que aporta un aire clásico muy original.
El resultado es un monovolumen de vocación urbana y familiar (3,98 metros de largo), pero con un estilo elegante que lo distingue. Y tiene el mérito de no penalizar la aerodinámica (CX: 0,31).
Funcionalidad y clase
El cuidado por el diseño y el culto al detalle se mantienen en el interior y son otra seña de identidad de este coche. Ofrece todas las virtudes de los monovolúmenes, con un interior alto y desahogado, y sobre todo con muchas combinaciones para mover los asientos y repartir el espacio. Así, destaca la flexibilidad de la banqueta trasera, que se regula en longitud y se pliega por partes o al completo para ampliar el maletero. Pero el respaldo del copiloto también se recoge hacia adelante para cargar bultos largos. Y tiene muchos huecos bien repartidos, desde las repisas y posavasos habituales hasta otros originales, como las dos guanteras situadas sobre el salpicadero.
Al margen del sentido práctico, el Musa destaca por su mimada elaboración interior, que crea un ambiente vistoso y distinguido más propio de un coche grande de lujo. El salpicadero, con los plásticos en dos tonos, es muy aparente, y se completa con una consola central atractiva y unos asientos con tapicería mixta -piel y tela- que no resultan cómodos, pero incluyen apoyabrazos regulables y tienen un aspecto aparente. Además se puede personalizar con todo tipo de accesorios, incluido un doble techo panorámico que aumenta la luminosidad.
Tres motores y dos acabados
El nuevo Lancia se vende con tres motores, un 1.4 16v. en gasolina (95 CV) y dos turbodiésel, 1.3 JTD (70 CV) y 1.9 JTD (100 CV). Todos llevan cambio manual de cinco marchas y los dos menos potentes pueden montar como opción un manual automatizado (sin pedal de embrague) por 900 euros. Hay dos acabados, Oro y Platino. El primero incluye ya cuatro airbags, ABS, aire acondicionado, ordenador de viaje y todo lo habitual. Y el Platino añade elevalunas eléctricos traseros, techo panorámico, llantas de aleación y radio-CD. Pero el ESP es siempre opcional (630 euros).
Conclusión
El Lancia Musa es un monovolumen pequeño que ofrece las soluciones prácticas de estos coches con una presentación más elegante y cuidada. Tiene una mecánica correcta, corre lo suficiente y gasta poco. Y aunque no es un modelo más barato, incluye un buen equipo de serie y precios justificados.
CALIDAD DE PRESENTACIÓN
Aunque la presentación interior -plásticos en dos tonos, tapicerías mixtas...- es el aspecto que distingue al Musa de otros monovolúmenes de su tamaño, el modelo italiano ofrece muchas soluciones prácticas que facilitan el uso diario. Destaca la posición del cambio en la consola y la instrumentación arriba en el centro, que deja espacio libre en los laterales de la zona superior del salpicadero para habilitar dos guanteras. Y también cuenta con otras dos bandejas abiertas en la zona inferior que se completan con un hueco y un posavasos junto al freno de mano.
La flexibilidad de las plazas traseras es otra ventaja práctica: se mueven en longitud y se pliegan para aumentar el espacio para las piernas o el volumen de carga del maletero. Y como el respaldo del pasajero también se abate hacia adelante, se puede crear fácilmente una zona libre muy amplia para llevar bultos muy largos. El doble techo panorámico es otro detalle llamativo del Musa: aumenta la luminosidad interior y se incluye de serie en el acabado superior Platino.
En el diseño de la zaga destaca el tamaño comedido de la luneta y los parachoques, que, combinados con un portón con mucha chapa y unos pilotos verticales alargados, definen un estilo clásico muy peculiar.
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