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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El error de Faluya

El regreso de imágenes de bombardeos, combates y muertos en el asalto a Faluya, 19 meses después de haber sido derrocado Sadam Husein, refleja el fracaso de la invasión americana de Irak. El objetivo declarado de la Operación Furia Fantasma es limpiar esa ciudad suní de resistentes y terroristas. Pese a haber encontrado los lugares donde han sido horriblemente ejecutados varios de los rehenes secuestrados en Irak, el resultado del asalto, en el que se desconoce el número de muertos, aunque al menos se cuentan 10 soldados norteamericanos, puede ser el de generar más odio entre los suníes, minoría que gobernaba antes en Irak y que han sido los grandes perdedores del cambio. La violencia amenaza con trasladarse a otras ciudades y aumentarla, lo que, según el secretario general de la ONU, Kofi Annan, podría dificultar o impedir las elecciones previstas en enero. Estos comicios constituyen, hoy por hoy, la única válvula de escape para una situación sin salida, pero que varios grupos suníes y ulemas han llamado a boicotear tras el asalto a Faluya.

La información sobre esta batalla calle por calle y casa por casa está prácticamente reducida a los periodistas empotrados en los convoyes de las fuerzas estadounidenses e iraquíes, lo que dificulta calibrar la verdadera crudeza de la operación. Pero desalojar una ciudad de 300.000 habitantes, de la que han salido sus dos terceras partes, parece contrario al derecho de guerra, como el no atender a los heridos por falta de médicos, que han huido en masa, en lo que parece un ilegal castigo colectivo. Probablemente lo que ocurra en Faluya incidirá en otras ciudades como Mosul o Samarra, donde se ha incrementado la violencia y establecido el toque de queda por orden del primer ministro, Ayad Alaui.

Unos días después de la reelección de Bush, EE UU quiere dar una lección en Faluya. Hasta sus militares creen que el enemigo más buscado, el jordano Al Zarqaui -que se puso al servicio de Bin Laden-, ha abandonado la ciudad, como muchos otros terroristas y resistentes, en un típico repliegue de las guerrillas que evitan medir directamente sus fuerzas con un enemigo superior. Las tropas americanas están encontrando resistencia, pero, como con la invasión del país, menor de la esperada. Anoche, en el tercer día de la ofensiva, decían controlar un 70% de la ciudad. Los americanos pueden ganar Faluya y seguir perdiendo Irak.

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