Diez 'marines' estadounidenses mueren en las primeras horas de la batalla de Faluya
Los soldados avanzan hacia el centro de la ciudad rebelde en medio de violentos combates
Las fuerzas estadounidenses continuaron ayer su avance hacia el centro de Faluya en medio de intensos combates callejeros y protegidos por constantes bombardeos de aviación y artillería. Más de 6.000 soldados de EE UU y 2.000 iraquíes avanzaron en seis columnas desde el norte de la ciudad luchando contra los insurgentes casa por casa. Un portavoz militar indicó en Washington que diez marines y dos soldados iraquíes habían muerto desde el lunes. No hay cifras de víctimas entre la población. "Ganarán si el asalto es sangriento; ganaremos si evitamos víctimas civiles", dijo el coronel Craig Tucker.
La agencia Associated Press recogió testimonios de habitantes de Faluya que describieron durísimos combates callejeros en el sector de Jolán, una de las plazas fuertes de los insurgentes, entre constantes explosiones de proyectiles de artillería. También vieron dos carros de combate estadounidenses en llamas. Un corresponsal árabe de la cadena británica BBC también aseguró que se habían producido intensos enfrentamientos y combates casa por casa en las primeras horas de la operación bautizada Furia Fantasma. Un corresponsal de la agencia AFP empotrado con los marines señaló que los soldados de EE UU habían llegado por la noche a la avenida principal, que divide la ciudad de norte a sur.
Un helicóptero Kiowa fue alcanzado por fuego enemigo cuando sobrevolaba el sur de Faluya y su piloto resultó herido, aunque logró regresar a la base. Cientos de insurgentes hacían frente al avance estadounidense, a veces luchando por cada palmo de terreno y otras escabulléndose entre las sombras de la ciudad que han controlado durante seis meses. Los rebeldes disparaban fuego de morteros, armas automáticas y granadas desde edificios abandonados, que eran prácticamente destruidos por la respuesta armada de los marines. Entre el tableteo de las ametralladoras y las explosiones podían escucharse llamamientos a la lucha desde los altavoces de las mezquitas, que lanzaban mensajes como "Preparaos para la Yihad (guerra santa)" o "Alá es grande".
Unos 3.000 insurgentes permanecerían en Faluya, aunque algunos guerrilleros y los cabecillas de la insurgencia escaparon antes del asalto. Faluya tenía una población de unas 300.000 personas, aunque fuentes militares estadounidenses calculan que entre el 70% y el 90% de sus habitantes han dejado la ciudad. El general estadounidense Thomas Metz aseguró desde Washington que estaba convencido de que los principales líderes de la guerrilla, entre ellos el terrorista jordano Abu Musab Al Zarqaui, habían abandonado la ciudad.
Barrio de Jolán
A pesar de los numerosos testimonios que describían la intensidad de la lucha, militares estadounidenses aseguraron que el avance nocturno había sido "suave" y señalaron que la resistencia en el barrio de Jolán, situado en el noroeste de la ciudad, había sido menos intensa de lo que esperaban. Sin embargo, el general Metz señaló que al menos 10 marines habían muerto desde el principio del asalto de la ciudad, que comenzó en la noche del lunes, después de haber recibido la luz verde por parte del primer ministro provisional iraquí, Ayad Alaui. "Podemos cifrar los muertos desde el principio del ataque en una decena. No quisiera ser más preciso", señaló el general.
La invasión de Faluya es un riesgo calculado para los estadounidenses. Los militares se vieron obligados a retirarse en abril después de que las informaciones sobre las víctimas civiles provocasen la furia entre la población iraquí. Pero tanto los mandos estadounidenses como las autoridades provisionales de Irak han asegurado que no tenían otra opción más que intentar retomar la ciudad. "Quieren empujarnos al centro de la ciudad. Ganarán si la batalla es sangrienta, ganaremos nosotros si evitamos víctimas civiles", aseguró el coronel Craig Tucker, responsable de una de las unidades de combate en la batalla de Faluya.
Unos 2.000 militares del nuevo Ejército iraquí están participando en el ataque, aunque ayer era demasiado pronto para evaluar la importancia de su contribución. Durante la ofensiva de abril, casi todos los soldados iraquíes se negaron a luchar o se pasaron directamente a las filas del enemigo. El general George Casey, el máximo responsable militar en Irak, señaló que algunos efectivos no se habían presentado; pero esas ausencias "no habían tenido un impacto importante sobre el plan de ataque".
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