Barrera contra el cambio climático

Londres está protegida frente a las subidas de las aguas del Támesis con una barrera en el río que se cierra ante las emergencias, cuando suben peligrosamente las mareas. ¿Realmente está protegida? De momento sí, pero el cambio climático puede cambiar las cosas y los responsables están ya planeando la elevación de esas compuertas de acero. El sistema de barreras, de 520 metros de longitud, está formado por 10 compuertas móviles (cada una pesa 3.700 toneladas) sujetas entre pilares en el río. Es una original obra de ingeniería construida al este de Londres, cerca de Greenwich.

Las mareas allí se producen bajo determinadas condiciones meteorológicas en el Atlántico y para hacerles frente hay todo un sistema de dispositivos de contención y protección de la ciudad y su entorno, el más importante de los cuales es la barrera del Támesis, que funciona desde 1982. Desde entonces se viene utilizando unas tres veces al año, la última de ellas el pasado 22 de febrero, ante el riesgo de inundaciones, explica Peter Hall, uno de los responsables de la barrera del Támesis.

Pero debido sobre todo al cambio climático, que provocará una subida del nivel del mar, un incremento de las precipitaciones en la zona, tormentas más frecuentes y mares más intensas, los expertos estiman que hacia 2030 habrá que cerrar la barrera unas 30 veces al año. Y la altura de las compuertas será insuficiente dentro de unas décadas.

"Las inundaciones nos afectan a todos... los riesgos van a incrementarse en los próximos cien años debido a cambios en el clima y en la sociedad", afirma Sir David King, asesor científico del Gobierno británico. "Hay que tomar decisiones drásticas: o invertimos más en enfoques sostenibles respecto a las inundaciones y a la gestión de las costas o tendremos que acostumbrarnos a vivir con cada vez más inundaciones".

Las 10 compuertas que forman la barrera del Támesis (las cuatro mayores miden 20 metros de altura) están normalmente acostadas en el fondo del río, permitiendo el paso de los barcos. En caso de emergencia, rotan 90 grados y forman un muro de acero que contiene el agua, cuyo nivel puede subir hasta siete metros. Los pilares soportan los mecanismos necesarios para mover las compuertas y sistemas de control. Un túnel conecta todo el sistema bajo el río.

La modificación de la barrera que se está considerando supone elevar las compuertas sobre el fondo, y su coste se estima en 1500 millones de euros.