Llega al teatro el realismo mágico de la novela 'Como agua para chocolate'

La escritora mexicana Laura Esquivel marcó un hito en la literatura en 1989 con Como agua para chocolate, una historia de amor que mezcla a partes iguales pasión, tradición y gastronomía. Alfonso Arau, entonces su marido, la llevó al cine, y ahora la compañía vasca Ados Teatroa traslada su realismo mágico a los escenarios. El montaje se estrena mañana en el Teatro Principal de San Sebastián, donde se representará hasta el 14, y recalará entre el 19 y el 21 de noviembre en el Teatro del Bosque de Móstoles.

Como agua para chocolate llega a los teatros gracias al empeño de Garbiñe Losada, directora de Ados Teatroa y mujer con una trayectoria fértil tanto en creaciones propias como en adaptaciones -es, por ejemplo, la artífice de la versión teatral de Manolito Gafotas, de Elvira Lindo-. En 2001 pidió los derechos de la obra, pero no los ha conseguido hasta este año en el que Ados celebra su décimo aniversario. Entre otras cosas, porque eran uno de los puntos de disputa del proceso de separación matrimonial de la escritora. "Al dar su consentimiento, sólo puso una condición: estar de acuerdo con la versión", recordó ayer Losada durante un receso del ensayo. "Y el texto le gustó".

Quizá, porque Losada ha tratado de ser fiel al espíritu de la novela. "Proponemos la misma historia, sólo que resumida en hora y media y contada de la forma más sugerente posible en directo", explicó. "Las adaptaciones siempre tienen un punto de atrevimiento y de osadía".

El realto, ambientado en la sociedad mexicana de principios del siglo XX, narra 22 años de la historia de una familia. La protagonista es Tita (Tania de la Cruz), la menor de las tres hijas de una familia acomodada. Está locamente enamorada de Pedro (Antonio Castro), pero la tradición dice que no puede casarse, que debe permanecer al lado de su madre (Ana Lucía Billate) hasta su muerte. Sólo podrá comunicarse con su amado a través de sus guisos...

Un total de 10 actores interpretan esta historia sobre el escenario, convertido en pantalla de proyección de imágenes. "Lo más sugerente de la novela es el realismo mágico", apunta Losada, "y tratamos de mantenerlo con el vestuario de Pedro Moreno, la escenografía versátil diseñada por Fernando González, la música original de Aitor Amézaga y los olores...". El montaje, que se estrena mañana en San Sebastián y recalará el 19 en Móstoles, Madrid, para luego continuar con su gira, no tendrá versión en euskera como suele ser habitual. "Supondría un esfuerzo de producción increíble que luego no se corresponde para nada con la distribución".