El día que falló la defensa sevillista
El Mallorca saca un empate gracias a la racanería táctica del Sevilla
Una vez, en el norte de Europa, se destiló el fútbol hasta once veces y se le puso la etiqueta de total. Todos los jugadores sabían hacerlo todo, el campo era un torbellino de figuras sincronizadas y la pelota saltaba como si estuviera en una partitura de piano. ¡Qué gozada! Más recientemente, en el sur de España, se decidió rebajar el fútbol hasta dejar que una única línea fuera su esencia; la defensa total. ¡Qué peñazo! Así fue ayer el enfrentamiento entre los equipos de Joaquín Caparrós y el regresado Héctor Cúper.
El Sevilla de Caparrós corre el riesgo de que se le anquilose la mente a fuerza de usar una sola idea, un estilo que sirvió -y puede servir-, pero que se queda chico cuando uno quiere quedarse en la élite. Ayer, los de Nervión salieron al campo con la certeza de que el Mallorca no les marcaría nunca y su fútbol fue especulativo y vagoneta.
SEVILLA 1 - MALLORCA 1
Sevilla: Esteban; Sergio Ramos, Aitor Ocio, Pablo Alfaro, David; Daniel Alves, Renato, Javi Casquero (Darío Silva, m. 46), Jesús Navas (Antonio López, m. 46); Julio Baptista y Aranda (Carlitos, m. 64).
Mallorca: Westerveld; Cortés, Ramis, Ballesteros, Poli; Jorge López, Pereyra, Farinós (Marcos, m. 82), Arango; Luis García y Jesús Perera (Tuni, m. 68).
Goles: 1-0. M. 71. Antonio López culmina una buena jugada de la delantera sevillista.
1-1. M. 79. Perera remata de cabeza en el área del Sevilla y Baptista desvía el balón a la red.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Pablo Alfaro, Carlitos, Daniel Alves, Perera, Cortes y Westerveld.
40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuan.
En la primera mitad, el centro del campo volvió a ser prescindible. Renato limitaba su fútbol con obligaciones defensivas y se pasaba más tiempo mirando dónde estaba Perera que dónde debería poner el balón. Casquero no celebró con un buen encuentro su centenario en Primera y fue sustituido en el descanso.
Cúper, que sigue siendo el mismo que se fue de Mallorca, Valencia y Milán, colocó a su equipo de tal manera que en los momentos de menos acumulación, la zaga la componían seis futbolistas. En un abrir y cerrar de ojos, ya eran ocho. Baptista dispuso de un buen par de ocasiones en el área, pero no entraron.
En la segunda parte, Caparrós situó de único pivote a Renato, que mejoró su juego. Antonio López sustituyó a Navas y se tuvieron noticias de las bandas. El juego mejoró y hasta el Mallorca se contagió.
En la única jugada trenzada del partido -Alves, Darío Silva, Baptista y Antonio López- marcó el Sevilla su gol. El que debía ser el gol. Pero, en un pase interior al área sevillista, Perera peinó, Baptista desvió sin querer y el balón acabó en la red. "Coño, que han marcado un gol", se oyó en la grada.
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