El Instituto de Biomecánica organiza una reunión en Valencia que analiza los diseños de las sillas de ruedas

El futuro de las sillas de ruedas pasa por los modelos que permiten a sus usuarios subir escaleras o incorporarlos de forma que puedan estar a la altura del resto de personas. Existen también sillas manuales que cuentan con unos pequeños motores eléctricos en los ejes que permiten multiplicar los esfuerzos y reducir el cansancio del usuario o la persona que le empuja. En cualquier caso, todos ellos están sometidos a normativas para asegurar factores como su calidad, seguridad o comodidad. Para debatir sobre estos requisitos, a lo largo de la semana pasada se ha reunido el comité de ayudas técnicas de la agencia normativizadora ISO en el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) que ha reunido a 60 especialistas mundiales llegados de Corea, Japón, Estados Unidos, Francia, Dinamarca, Inglaterra, Escocia o Suecia, además de especialistas del IBV. Uno de ellos, Ricard Barberà, responsable de sección del área de I+D del instituto comentaba, entre los aspectos abordados en las sesiones, la modificación de la normativa que establecía pesos de usuarios de hasta 100 kilogramos en los modelos a analizar. "Ahora se ha subido hasta 120 kilos por influencia del aumento de personas obesas, especialmente en los Estados Unidos", apuntaba Barberà. Otro de los temas abordados es el trabajo sobre medidas de presión. Muchas de las personas que necesitan sillas de ruedas para moverse, al pasar gran parte del día sentados, tienen problemas de circulación en la zona de las nalgas o la de contacto con el respaldo, por lo que padecen de ulceraciones y escaras. Una de las líneas de trabajo consiste en analizar esta presión e introducir nuevos materiales viscosos o espumas que distribuyan la presión de forma que se eviten los problemas relacionados con la falta de riego.

Otros problemas relacionados con esta área son la falta de usuarios con sillas de ruedas avanzadas que les permitan mejorar sus actividades diarias, ya sea con sillas eléctricas, ligeras o plegables que les permitan introducirlas en vehículos, y que abran el camino a una vida más autónoma, aunque esta cuestión excede lo tratado en el consgreso.