Racha de máximos anuales

La Bolsa española cierra la semana en el nivel más alto del ejercicio aupada por un ambiente internacional en el que el importante descenso del precio del petróleo coincide con el final del proceso electoral en Estados Unidos. El Ibex 35 sube el 1,81% y recupera los niveles de diciembre de 2001.

El índice Ibex 35 de la Bolsa española ha conseguido esta semana cuatro máximos anuales consecutivos de la mano de un importante descenso en el precio del petróleo que ha coincidido con el final del proceso electoral en Estados Unidos. Este índice cierra en 8.570,60 puntos, un nivel desconocido desde diciembre de 2001 y que, en teoría, deja la puerta abierta a cualquier posibilidad.

Las interpretaciones sobre la razón de fondo de estas subidas han sido numerosas y variopintas al ser achacables tanto al descenso de los precios del crudo como a la victoria del candidato conservador a la presidencia de Estados Unidos, según las preferencias del analista, aunque la mayoría parecía más inclinada a darle más importancia al abaratamiento del precio del petróleo.

Desde un punto de vista interno, el mercado de valores español cuenta con una buena racha de beneficios empresariales y una mayor presencia de órdenes de compra, lo cual puede explicar que el Ibex 35 acumule una ganancia anual del 10,77%, una de las mayores entre los mercados de valores europeos.

Las noticias económicas procedentes de Estados Unidos confirman que el proceso es muy irregular, aunque continúa apuntando hacia un crecimiento más o menos firme. Los pedidos a fábrica cayeron en septiembre el 0,4%, pero los datos del mes de octubre parecen ser mejores o, cuando menos, ser interpretados positivamente. El índice de actividad del sector servicios de ese mes subió 3,1 puntos, al tiempo que la tasa de paro creció una décima, pero los analistas obviaron el dato y celebraron la creación de 337.000 empleos.

Todo parece indicar que los analistas van a ser benevolentes con los datos económicos, sobre todo si, como parece, el petróleo continúa a la baja y los resultados empresariales confirman que los gestores han hecho bien sus deberes en los últimos años.

El crecimiento del PIB español del tercer trimestre de este año, con el 2,6% según el Banco de España, parece garantizar cierta tranquilidad de cara a este tramo final del ejercicio, sobre todo porque inversores y analistas han pasado de largo sobre los puntos conflictivos del informe, en particular los referidos a la competitividad de la economía española.

La contratación en estas sesiones se ha situado en los niveles más altos del año, destacando la jornada del pasado martes, en la que se negociaron 3.218,75 millones de euros. El resto de los días, aunque con algunos altibajos, se han superado con facilidad los 2.500 millones de euros, lo que indica que los inversores vuelven al mercado.