Personas dependientes

Uno de los grandes objetivos para el próximo año es la creación de un Sistema Nacional de Atención a Personas Dependientes. Así ha sido proclamado por el Ejecutivo, lo que ha dado lugar a que en los últimos días hayamos asistido a una vorágine de declaraciones y posicionamientos sobre el tema. Pero ¿quiénes son estas personas dependientes?

La "dependencia" ha sido definida como el estado en que se encuentran las personas que por razón de la disminución o pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual tienen necesidad de ayuda y/o asistencia importante para la realización de su vida cotidiana. Se incluyen tanto personas con discapacidad como personas de avanzada edad que sufren problemas incapacitantes, como el Alzheimer o la demencia senil.

Actualmente, la mayor parte de los cuidados que estas personas requieren recaen sobre las familias, que deben soportar situaciones insostenibles, tanto desde el punto de vista moral como económico.

La situación es, además, cada vez más preocupante. Factores como el progresivo envejecimiento de la población; las mayores expectativas de vida y de supervivencia de las personas con enfermedades crónicas y con discapacidad, como consecuencia de los avances médicos, así como el cada vez menor número de personas que pueden cuidar de aquéllas en su domicilio, determinan que muchas de ellas no puedan recibir la atención que necesitan.

De ahí que lo que se pretende, y en lo que están de acuerdo grupos políticos y demás interlocutores sociales, es que esta carga sea asumida (al menos parcialmente) por los servicios públicos.

La idea es configurar la dependencia como un derecho universal de todos los ciudadanos a ser atendidos en estas situaciones (de forma similar al derecho a la educación, a la salud o a las pensiones). Se reconocería con independencia de los recursos de la persona dependiente o de su familia y originaría una pluralidad de prestaciones económicas y asistenciales. La ley fijaría al respecto un catálogo de prestaciones básicas que abarcaría, entre otras, la ayuda a domicilio, la teleasistencia, los centros de día o las residencias, así como prestaciones sociosanitarias.