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Reportaje:

Una olla de lava y nieve

La ceniza del volcán islandés Grimsvötn llega hasta Noruega, a 800 kilómetros, y dificulta el tráfico aéreo en el norte de Europa

El volcán Grimsvötn produce unas erupciones tan espectaculares como impronunciable es su nombre islandés. El 1 de noviembre, después de tres días de temblores, el volcán se puso en erupción, sus cenizas, ayudadas por el viento, llegaron hasta Noruega y organizó el caos aéreo en el norte de Europa.

Ramón Ortiz, experto en volcanes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, asegura que las explosiones son tan espectaculares porque el Grimsvötn está bajo un glaciar. "Cuando comienza su actividad, empieza a fundir los centenares de metros de hielo que tiene encima". Poco a poco, el hielo se derrite y emite vapor de agua. Hasta que sucumbe sobre el volcán.

"Cuando se mezclan el hielo y la lava es como echar agua al aceite hirviendo. Sale disparado a gran altura, aunque el volcán no es muy grande", señala Ortiz, que estuvo en la zona durante una erupción en los años ochenta. El volcán se activa cada cuatro o cinco años.

Las cenizas han alcanzado los 13.000 metros de altitud, según explicó ayer por teléfono Matthew Roberts, del Instituto Islandés de Meteorología. Entre el 1 y el 4 de noviembre los vuelos estuvieron suspendidos en Islandia. La compañía holandesa KLM canceló 59 vuelos que tenían previsto sobrevolar la zona y no los reanudó hasta ayer. Algunos vuelos trasatlánticos fueron desviados para evitar la ceniza.

Los restos que desprende el volcán pueden dañar a los motores. El 15 de diciembre de 1989, un Boeing 747 de KLM cruzó una nube de ceniza del volcán Redoubt, en Alaska. El piloto intentó ascender para evitar la nube, pero los motores se ahogaron por la ceniza. El avión perdió 3.200 metros con los motores parados hasta que, después de cinco minutos, volvieron a funcionar.

Roberts explica que la ceniza del Grimsvötn se dirigió al noreste de Islandia y ha sido recogida en las costas noruegas, suecas y finlandesas, a más de 800 kilómetros de Islandia. El volcán siguió ayer emitiendo ceniza, aunque en menor cantidad. Roberts dice también que la nube se ha dispersado, pero alerta: "Puede volver en cualquier momento".

Una avioneta pasa ante la nube de ceniza del volcán Grimsvötn el pasado martes.
Una avioneta pasa ante la nube de ceniza del volcán Grimsvötn el pasado martes.ASSOCIATED PRESS

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