La 'ópera prima' del valenciano Andrés Navarro obtiene el quinto Premio de Poesía Emilio Prados
Lugares cotidianos o sensaciones recurrentes "como la cara de idiota cuando la gente que ha estado en una fiesta de cumpleaños se va, y te quedas con los regalos, los distintos estados de irrealidad entre el sueño y la vigilia o la paradoja de querer expresar con palabras que no se pueden expresar" obtuvieron ayer el V Premio de poesía Emilio Prados tras pasar por la mano del escritor Andrés Navarro García. El jurado del certamen, convocado por el Centro Cultural de la Generación del 27 para autores menores de 35 años y dotado con 6.010 euros, otorgó el premio a La Fiebre, un poemario que será editado por la editorial Pre-Textos en la primavera de 2005.
Navarro, de 31 años, compuso los versos de su primer libro, durante los últimos tres años. "a caballo entre Valencia y Salvador de Bahía". El autor explicó que en ningún momento se había planteado "un proyecto de libro ni un orden", sino que ha ido escribiendo "a partir de lo que iba saliendo". Además de la dotación económica y la edición y distribución de su obra, el área de Cultura de la Diputación Provincial de Málaga programará lecturas de sus poemas en los ciclos poéticos que organiza.
La fiebre trata de adoptar una postura de doble alejamiento, de manera que pueda mostrar "la intimidad cruda y la abstracción más oscura" procurando mantenerse en un espacio intermedio, explicó el autor. Navarro aseguró no estar interesado en la poesía "mas evidente" sino en aquella que se puede leer muchas veces de forma que en cada lectura se descubra un matiz diferente. El poemario vencedor ha competido otras 65 obras originales, gran parte procedentes de países hispanoamericanos y de diferentes lugares de Europa.
Variedad de estilos
El presidente del jurado, el poeta y académico de la Lengua Francisco Brines, destacó la gran variedad de estilos de los trabajos presentados a concurso. Algo que pone de manifiesto, según sus palabras, "la verdadera libertad de creación que existe en la actualidad".
Brines calificó a Navarro como un "poeta que nunca es tópico, y que busca una recóndita significación por medio de la palabra". Algo que hace que su expresión sea a veces "incluso oscura" y que el lector "tenga que ayudar a encontrar la significación del texto poético".
Esta búsqueda y exigencia de dificultad es una línea que se está haciendo presente en la poesía joven y que ya tienen jóvenes maestros de generaciones anteriores como Carlos Marzal o Antonio Cabrera, agregó Brines. Insistió en que la variedad de motivaciones y lo poco común de los poemas llama la atención del lector. Se trata, en suma, de un libro que se aclarará con el desarrollo de la obra del autor, algo que ha ocurrido con poetas como Vicente Aleixandre y su ópera prima Ámbitos, resumió.
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