El Zaragoza se asfixia

El Zaragoza fuera de La Romareda se desdibuja. Pierde el brío de equipo, las ideas y las ganas. Uno de los problemas más graves del equipo de Víctor Muñoz fuera de casa es la inseguridad defensiva que tiene en los primeros minutos de juego y que le han supuesto más de un disgusto lejos de La Romareda. Ayer intentaron corregirlo pero con esa actitud cayeron en un juego tremendamente aburrido.

Víctor Muñoz advirtió de que lucharían por la victoria en Austria para asegurarse prácticamente el pase a la siguiente fase de la UEFA pero, o no supo transmitir a sus jugadores esa intención o su planteamiento en el campo fue otro. Ante la pasividad de todo el equipo aragonés en la noche de ayer el técnico maño intentó cambiar su esquema demasiado tarde, con el marcador en contra y con un fuerte descontrol entre líneas. Sorprendió con unos cambios no naturales de Villa, Zapater o Movilla, fruto de la desesperación y de una búsqueda de la reacción que nunca llegó a producirse.

Ese centro del campo inusual formado por Generelo y Cani hizo que los austríacos jugaran a sus anchas en la segunda parte.

Los jugadores del Austría Viena basaron sus ataques en la rapidez de sus delanteros, en una creación de contragolpes que sin demasiados toques llegaban al área de Luis García. Sobre todo por parte de Sionko que dejó en evidencia en varias ocasiones a Toledo.

Antes de los cambios el planteamiento del técnico aragonés ya había variado sensiblemente al de otros encuentros porque los austríacos dejaban completa libertad de movimientos a Movilla en el centro del campo y el juego de ataque del Zaragoza no sólo se podía basar en las bandas con Savio y Galletti. Pero las dos líneas de cuatro austríacas estaban muy bien posicionadas y no dejaban margen la efectividad al ataque del Zaragoza.

Los austríacos estuvieron concentrados observando a su rival, ralentizando el ritmo del partido y subiendo al área con lanzamientos aéreos, sin atreverse a hacer un juego directo hasta que lograron el gol.

El Zaragoza parecía hipnotizado. Los únicos que no querían caer en la tupida red de los defensas austríacos eran Savio y Galletti que se multiplicaban en posiciones para intentar sorprender.

El salvador de otros encuentros, Villa, estuvo aislado en la punta. Víctor Muñoz volvió a retrasar a Javi Moreno, como en el último partido de Liga ante el Sevilla, para presionar a la defensa rival, pero ayer no fue una táctica tan productiva y Villa se fue al banquillo sin goles.

El Austría Viena le perdió el respeto al conjunto español y comenzó a asediar sin descanso los alrededores del área zaragocista. Así agotaron a la defensa aragonesa y Gilewick marcó el único gol de un encuentro para olvidar.