'Tears of Kali' lleva el terror psicológico a concurso
Finales de los años 70. La India se ha convertido en el principal centro de peregrinación de muchos occidentales en busca de su yo interior. Algunos experimentan con meditación; otros, con sustancias alucinógenas o con prácticas sensoriales y espirituales. Unos pocos llegan incluso a autolesionarse, convencidos de que así alcanzarán la paz. El realizador alemán Andreas Marschall se ha inspirado en el grupo hindú Osho, que realizaba rituales dañinos -en la película llama al grupo Taylor-Eriksson-, para rodar su primera ficción, Tears of Kali, una película de terror psicológico que se estrena hoy en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.
"Aquel caso fue silenciado", explicó ayer Marschall. "No se permitió a sus miembros hablar de sus prácticas, pero se constató que algunos de ellos terminaron malheridos y con los huesos rotos". El realizador, que llegó al cine de terror desde los vídeos musicales y la pintura -ha dibujado portadas de grupos de heavy- ha querido recuperar ese episodio para hablar del choque de culturas entre Oriente y Occidente y mostrar que el mal no nace necesariamente de un asesino en serie. Pueden producirlo personas que persiguen ideales positivos y buscó la metáfora en EEUU. Es muy probable, dijo por la mañana, que Georges Bush gane otra vez las elecciones porque se presenta como adalid de la paz en el mundo, "pero está claro que no es así".
La historia de Tears of Kali, ganadora del Méliès de Plata en el Festival de Luxemburgo, está narrada en tres capítulos. Tiene su explicación: la película contaba con un presupuesto tan bajo que tuvo que rodarla por partes. Las penurias económicas tienen, en todo caso, a su juicio, su parte positiva: "Tienes mucha más libertad. He tenido un control total de la historia. Nadie ha puesto límite a mis ideas", aseguró. Ni al género que ha elegido para plasmarlas: el terror psicológico, aunque eso sí, con bastante sangre. "Es el género más poderoso porque tiene que ver con miedos y emociones primarias". Tears of Kali es el único largo a competición en una jornada consagrada al corto español. 12 trabajos compiten hoy por el premio DAMA, dotado con 3.000 euros.
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