La nueva brecha en EE UU, la metrópoli contra el campo
La tremenda división entre las dos Américas que las elecciones presidenciales han vuelto a revelar se puede definir en cierto modo como ciudad versus campo. En los grandes centros metropolitanos la victoria fue para John Kerry. En los pueblos y en las zonas rurales Bush arrasó. Si Ohio ha sido un Estado clave en el resultado final es en gran parte porque ofrece un microcosmo de la ambigüedad nacional. El norte, donde están las grandes ciudades de Cleveland y Toledo, es zona demócrata; el sur, rural, es republicana.
Aunque la historia dirá que en las elecciones de 2004 Ohio fue un Estado republicano, de color rojo en los mapas que ponen las cadenas de televisión, el dato engaña. Porque la mitad de los siete millones de habitantes del Estado opina lo mismo de George W. Bush que la mayoría de los habitantes de Manhattan o San Francisco, o los de Madrid, París y Londres.
Una mujer muy alta y rubia, de unos 40 años, que se pasó el día de las elecciones asesorando a votantes en un barrio negro de Cleveland, hablaba sobre Bush con más rabia de la que podría sentir cualquier progresista europeo. "[Dick] Cheney, [Paul] Wolfowitz y [Donald] Rumsfeld, ahí está el verdadero eje del mal", dijo la mujer, en referencia a altos cargos de la Administración republicana. "Si vuelven a ganar, me subo al coche, me voy a Canadá y le juro que nunca vuelvo".
No era la única persona en Ohio que hablaba de emigrar en caso de una victoria de Bush. Es sorprendente, aunque sea medio en broma, la cantidad de gente que lo dice. En el cierre de campaña de Kerry en Cleveland, un individuo recorría la plaza con una pancarta que decía. "Estoy orgulloso de mi país, pero me da vergüenza mi presidente".
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