Uno de los inmigrantes apaleados en Huelva en 2003 declara que los agresores iban encapuchados

El marroquí Abdesadek Ben Sfia, de 28 años, que declaró ayer como testigo en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Huelva por el asesinato del inmigrante Mohamed Z., de 60 años, aseguró que fueron cinco encapuchados los que en la madrugada del Jueves Santo de 2003 le apalearon junto a otros dos compatriotas, uno de los cuales falleció como consecuencia de la brutal paliza. La agresión se produjo en las inmediaciones de la estación de autobuses de Huelva el 17 de abril de 2003. Abdesadek Ben Sfia fue el único que declaró de los agredidos.

El otro inmigrante agredido, Boubker Echarraka, de 36 años, no asistió a la vista por encontrarse en Marruecos y no tener visado para viajar a España. Además, el único testigo de los hechos, que identificó al principal acusado en el crimen, T. F. R., de 26 años, tampoco asistió al juicio por encontrarse trabajando en Vitoria, aunque ha asegurado que en los próximos días se desplazará para declarar. Su testimonio fue clave para que la Policía Nacional detuviera a T. F. R.

Abdesadek Ben Sfia, que no dio detalles de la identidad de los agresores, recuerda los hechos de manera confusa. "Todo ocurrió muy rápido, nos golpearon brutalmente y llevaban el rostro cubierto con capuchas", señaló. Y añadió: "Sobre las cuatro de la mañana me desperté sobrecogido y oí los gritos del otro compañero como en sueños. Después recuerdo que fue como un infierno porque me estaban golpeando la pierna".

Cinco testigos de la defensa coincidieron ayer en su testimonio en que habían visto a T. F. R, principal acusado, la noche del crimen con otras dos personas diferentes a las inculpadas y que se apodan los Pumuki y otro amigo conocido como Boby. El principal acusado, el único que no estaba encapuchado, afirmó en una de las cinco versiones que ha dado de los hechos ante el fiscal que estuvo en el lugar de los hechos pero con dos grupos de jóvenes diferentes a los procesados, entre ellos, señaló a los Pumuki.

Los cuatro acusados se enfrentan a un delito de asesinato consumado para el que la Fiscalía solicita 15 años de prisión y de dos delitos de asesinato en grado de tentativa, por los que pide para cada uno de ellos, ocho años.