Un entierro en Madrid cuesta de media 2.800 euros
El gasto medio para poder dar sepultura a una persona en la Comunidad de Madrid asciende a 2.800 euros, entre los que se incluyen el féretro, el enterramiento o cremación, el tanatorio y coche fúnebre, y los certificados y tasas, según aseguró la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU). Esta organización señala que dicha estimación varía en función de los materiales y los acabados, así como de los establecimientos donde se adquieran.
Además, precisa que el precio medio de un ataúd ronda los 510 euros, incluyendo el acondicionamiento sanitario del cadáver. Según la CECU, si se opta por el enterramiento hay que tener en cuenta que en realidad lo que se hace es pagar el alquiler de un nicho por 10 años (los panteones son mucho más caros). Pasado ese tiempo, los familiares tienen que buscar un lugar donde depositar los restos.
Un nicho de uso inmediato y situado en una andana media no baja de los 300 euros. Por su parte, las cremaciones, que suponen un 15% del total de fallecidos, tienen un coste medio de unos 400 euros, a los que hay que sumar el alquiler por una duración de 10 años de un cenicero, que cuesta 192 euros.
Certificados
El precio de los velatorios es muy diferente según comunidades autónomas, pero la media en Madrid no baja de los 200 euros. En cuanto al coche fúnebre, el coste estimado está situado en 150 euros. Asimismo, los gastos de gestión y certificación de defunción, expedido por el Colegio de Médicos, ofrecen una gran variedad de precios dependiendo de cada provincia, pero el coste medio en la Comunidad de Madrid, incluyendo la inhumación, son casi 200 euros.
A todos esos gastos, según CECU, habría que sumar las coronas de flores, (unos 120 euros de media), la publicación de una esquela (alrededor de 361 euros dependiendo del tamaño) o la mesa de firmas, que suele ascender a los 20 euros. Por último el precio medio de una urna está en los 280 euros.
La Confederación de Consumidores y Usuarios subraya que ante estas cifras, la contratación de un seguro de deceso suele ser una práctica corriente y muy aconsejable. Se trata de una póliza que se paga anualmente, o por meses, que cubre todos los gastos que genera el fallecimiento.
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