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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El Samur no sube a casa

¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida hemos escuchado la famosa frase: hay algún médico en la sala?". Inmediatamente algún maravilloso ser contesta: "Sí, yo". Pues tengo que decirles que ya sea realidad o ficción esa voz que acude a socorrernos nunca, y digo nunca, podría provenir del Samur, pues para mi desgracia, el pasado viernes 8 de octubre pude comprobar que los heroicos médicos de urgencias a los que llamamos Samur van cubiertos de una máscara, y que su gran labor de ayuda las 24 horas sólo es efectiva si la tragedia ocurre en la calle, y por supuesto si hay algún medio de comunicación cerca.

Con esto no quiero quitar mérito ni despreciar sus muchas y buenas acciones a lo largo de los años, pero me niego a resignarme y a callar mi indignación. Mi pareja es diabética y en estos cinco meses que llevamos juntos nunca le había pasado nada, pero este fatídico viernes a las cinco de la tarde tuvo una crisis y perdió el conocimiento, lo que me impidió saber si era debido a una subida o bajada de azúcar. Nunca me había visto en una situación parecida y con los nervios lo primero que se me ocurrió fue llamar a mi hermano, que inmediatamente llamó a la policía y ésta, a su vez, al Samur. Tras media hora de espera la angustia y la impotencia iban creciendo, aquí no aparecía nadie. Llamo de nuevo a mi hermano que atónito me comunica que el Samur se ha confundido de dirección, pero me tranquiliza diciéndome que ya vienen de camino. Mi hermano, también.

Cuarto de hora más tarde llega mi hermano, y aquí viene lo increíble y apestoso del asunto, con una cara desencajada y hecho un manojo de nervios me dice que el Samur está abajo y se niegan a subir, porque ellos, los héroes, sólo atienden en la calle. Entonces, que alguien me explique por qué me mandan al Samur y sobre todo, qué razón puede justificar el hecho de que aun sabiendo la gravedad del asunto se crucen de manos y nieguen la ayuda a un ser humano?

Ahora me pregunto: ¿de verdad esos señores que alardean de socorrer a sus prójimos pueden dormir tan tranquilos? Pero, sobre todo, ¿podemos nosotros, los no Samur dormir tranquilos después de conocer situaciones así?

Por cierto, el 061 hizo lo que tenía que hacer para que ahora mi pareja esté leyendo esta carta conmigo.

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