Botellón en Sevilla

Observamos estos días como los ciudadanos de diez barrios sevillanos han decidido movilizarse y unir esfuerzos para combatir esta lacra en la que se ha convertido el botellón y que amenaza cada fin de semana con alterar el bienestar de personas que reclaman su legítimo derecho al descanso. Sin duda, era la reacción que cabía esperar ante tantas muestras de incompetencia por parte del ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, que no sabe atajar un problema que le supera tanto a él como a este colectivo que ha decidido gritar a viva voz ¡basta ya!. Dicen que la unión hace la fuerza y confiemos en que los actos convocados por estas plataformas vecinales den sus frutos. Pero mientras tanto, la opción que se baraja es trasladar la movida a polígonos industriales, no hay propuestas alternativas orientadas a organizar actividades culturales,deportivas,en definitiva, innovar y motivar a los jóvenes a que abandonen el alcohol y se diviertan de una forma más sana. Cierto es que ya hay inciativas en marcha desde hace meses, pero el problema se ha acentuado, y si no,¿porqué los vecinos se han tenido que echar a la calle para que los jóvenes depongan su actitud y les dejen vivir en paz? Lo que se ha hecho hasta ahora sigue siendo insuficiente, y si la tolerancia cero se aplica a las infracciones de tráfico con la rotundidad mostrada por los gobernantes, también habrá que meditar en emular el gesto hacia quienes toman la calle creyéndose que puede hacer lo que venga en gana por el hecho de tener una copa en la mano. Por mi parte, todo mi apoyo hacia todos los vecinos afectados.