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Entrevista:JUAN CRUZ ALLI | Presidente de CDN

"La colaboración con Euskadi suponía un obstáculo indudable al nacionalismo"

Juan Cruz Alli (Pamplona, 1942), doctor en Derecho y presidente de CDN, defiende la plena constitucionalidad de la cooperación horizontal entre comunidades. Su último libro, La cooperación entre la Comunidad Autónoma del País Vasco y la Comunidad Foral de Navarra, repasa los antecedentes históricos y desvela algunos secretos de la gestación en 1996 del órgano permanente de encuentro cuya creación abortó la caída del tripartito navarro que presidía el socialista Javier Otano.

Pregunta. ¿Está cada día está más lejos la posibilidad de repetir una experiencia de colaboración global bilateral entre Navarra y Euskadi?

Respuesta. Yo lo veo difícil mientras los talantes y los comportamientos políticos sean los que son: el partidismo y el electoralismo a corto plazo por encima de las instituciones y de su correcto funcionamiento. Los acuerdos de colaboración entre comunidades están previstos en la Constitución, el Estatuto de Gernika y el Amejoramiento del Fuero. Así lo entendieron las estructuras del Estado que conocieron el proyecto de órgano común permanente de 1996.

"Si un partido constitucionalista gobernase Euskadi podría asumir el convenio de 1996"
"La Constitución, el Estatuto de Gernika y el Amejoramiento prevén los acuerdos entre comunidades"

P. ¿Qué problema de constitucionalidad presentaba?

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R. Ninguno. Fue redactado por los técnicos de ambos ejecutivos, el vasco y el navarro. Si los que dicen defender la Constitución creyesen de verdad en ella verían que aquella fórmula era muy positiva porque, guste o no a los nacionalistas, garantizó la existencia de dos realidades institucionales distintas en su identidad, en su personalidad, ámbito de actuación y competencias que precisamente se reconocen como diferentes haciendo un pacto entre iguales, sin superar los límites constitucionales que prohíben la federación de autonomías.

P. ¿El caso Otano pudo tener como objetivo derribar al tripartito PSN-CDN-EA para abortar la creación de aquel órgano común de colaboración aprobado por los parlamentos vasco y navarro?

R. Yo me refiero en el libro a una concatenación de hechos demostrables. Si supiese ciertamente que en algún cenáculo foral se hubiese decidido filtrar la existencia de la cuenta suiza de Otano para derribarlo y abortar el órgano común lo hubiera dicho, pero no tengo las pruebas.

P. En el libro desvela que Sanz le prometió a Otano en una conversación en mayo de 1996 la estabilidad del Gobierno tripartito si retiraba el apoyo al acuerdo de cooperación.

R. Así fue, y el 12 de junio de aquel año la juez Soledad Alejandre, que instruía el sumario de Luis Roldán, decretó el secreto del sumario en una causa separada sobre la existencia de la cuenta suiza. De manera que la existencia de la cuenta había recalado primero en el sumario de Roldán y después en la causa separada. Ese documento, llegado desde Suiza, anduvo por muchas manos y el rumor estuvo circulando por diversos ambientes. El 18 de junio se publicó la noticia sobre la cuenta y Jaime Ignacio del Burgo [actual diputado del Partido Popular] dijo que ya tenían "algún conocimiento" de que se estaba yendo por esa dirección. Si la filtración provino del Ministerio del Interior habría que recordar que su titular entonces era Jaime Mayor. Son, desde luego, demasiadas coincidencias unidas. Se pudo utilizar la información en el momento oportuno.

P. ¿Hubo algún riesgo político en aquella experiencia de cooperación?

R. El acuerdo de colaboración bilateral representaba un obstáculo indudable a cualquier planteamiento nacionalista, porque la colaboración era el reconocimiento desde un Gobierno nacionalista vasco de que Navarra es una realidad tan distinta que negociaban en plan de igualdad. Y así lo entendieron en altas instancias del Estado. El órgano hubiera reforzado la posición institucional de Navarra.

P. En coherencia con ello, la derecha navarra debía haberlo apoyado.

R. Esa derecha no se caracteriza por su visión de Estado. No pensó ni siquiera en lo que esto suponía de potenciación de la diferencia. Pensó en puro electoralismo. Pensaban que el tripartito les había robado el Gobierno y que, por lo tanto, todo valía para descalificarlo. Pero posteriormente incluso UPN, en un documento interno, reconoció la escasa trascendencia real del acuerdo de colaboración. Hoy en la cooperación entre Estado y comunidades se admite la creación de personas jurídicas y aquel convenio no creaba nada de eso, porque un órgano no tiene personalidad propia.

P. A usted se le atribuyó un cierto liderazgo en la iniciativa.

R. No hubo protagonismo de nadie. En todo caso era una demanda histórica del PSOE que, desde 1983, fue propiciando la creación de un consejo vasconavarro. Si hubo algún liderazgo fue ese. El Amejoramiento del Fuero recoge esta iniciativa a iniciativa del PSN pactada con UCD. Frente a quienes querían la integración [de Navarra en Euskadi], Gabriel Urralburu e Ignacio Astrain defendieron la cooperación de tú a tú.

P. ¿Si en Euskadi hubiera un Gobierno no nacionalista sería más fácil establecer ahora un cauce normalizado de colaboración?

R. Costaría menos porque fallaría la premisa mayor de que cualquier cosa que proceda del Gobierno nacionalista vasco persigue la integración de Navarra. Si hubiese un partido constitucionalista gobernando Euskadi podría asumir el convenio de 1996 en sus estrictos términos.

P. ¿Planteará CDN en el Consejo del Gobierno navarro alguna iniciativa para establecer relaciones específicas con Euskadi?

R. No, porque la actitud de UPN es la que es y cuando hay un problema sectorial prefieren negociarlo específicamente. Nosotros, no obstante, defendemos la conveniencia de esa colaboración para prestar servicios y acciones de interés común.

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