Muy deportivo y más refinado
Alcanzar "la perfección mediante la evolución, no la revolución". Anton Hunger, director de comunicación de Porsche, resume así la estrategia del fabricante alemán, que lleva más de 40 años evolucionando el 911 y ha aplicado la misma receta en el nuevo Boxster, la segunda generación del modelo que logró reflotar las finanzas de la empresa.
El primer Boxster se lanzó en 1996 y se convirtió en el Porsche menos inaccesible: se han vendido más de 160.000 unidades. El nuevo, que se comercializará en España a partir del 27 de noviembre, tiene unas tarifas más elevadas (desde 48.264 euros), pero incluye también una dotación de serie más completa, con control de estabilidad, seis airbags, ordenador de viaje y una capota que se puede abrir en marcha. Y, según Porsche, es un 9% más barato a igualdad de equipamiento.
Similar por fuera y nuevo por dentro
El Boxster 2005, como el anterior, se deriva del 911, con el que comparte el 55% de sus componentes. Y la herencia se refleja tanto en el diseño como en la mecánica.
El frontal cuenta ahora con los faros y el paragolpes del último 911. Y el interior recibe su salpicadero de diseño más moderno, con una calidad de acabados y materiales muy superior. Pero también estrena soluciones que mejoran el confort a bordo: volante regulable en altura y profundidad, dos posavasos y una capota de tres capas que, aparte de reforzar la insonorización, se puede accionar en marcha hasta 50 km/h. Y como primicia mundial equipa los primeros airbags de cortina para descapotables, que se despliegan desde la puerta hacia la zona superior y protegen la cabeza. Los dos maleteros, delante y atrás, también varían para ampliar el volumen de carga (280 litros en total), aunque a costa de renunciar a la rueda de repuesto de emergencia.
Dos motores con mucho genio
En la mecánica hay muchas mejoras: aerodinámicas, mayor rigidez de la carrocería, anchura ampliada en los ejes de ruedas y, sobre todo, un aumento de potencia en los motores boxer de seis cilindros: el 2.7 del Boxster tiene ahora 240 CV, y el 3.2 del Boxster S, 280 CV. Los dos aportan aceleraciones contundentes y una sonoridad muy deportiva, aunque el 3.2 impacta por su poderío. Además se ofrece como opción el cambio automático Tiptronic (2.841 euros) y la suspensión electrónica PASM (1.664), que incluye dos programas (confort y deportivo) y mejora la comodidad y el dinamismo.
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