"Quería experimentar la sensación de quitar la vida a un ser humano"
Alfredo Galán Sotillo, de 26 años, se enfrenta a una pena que supera el siglo y medio de cárcel. Este ex militar, conocido como el asesino del naipe porque dejaba cartas de la baraja española sobre los cuerpos de las personas a las que disparaba, está acusado de haber matado a seis personas en los primeros meses del año pasado y haberlo intentado con otras tres.
Galán ya mostraba visibles signos de desequilibrio antes de iniciar su senda criminal. Su comportamiento, sobre todo tras volver de su segundo viaje a Bosnia como militar, extrañó a sus cuatro hermanos. No hablaba con nadie y pasaba las horas sentado en el sofá "viendo películas de vídeo violentas y programas de sucesos". Tras su regreso de Bosnia, le prescribieron medicación antineurótica, pero él dejó de tomarla, se dedicó a beber e inició su particular senda asesina. La Audiencia de Madrid calcula que será juzgado en marzo o abril de 2005.
En los relatos ante los agentes de Homicidios mostró gran frialdad al narrar cómo mató a tiros a sus víctimas, a las que no conocía de nada. Para ello empleó una pistola Tokarev que se trajo de Bosnia oculta en un televisor. "Quería experimentar la sensación de quitar la vida a un ser humano", dijo cuando se entregó en Puertollano (Ciudad Real).