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Columna
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Plan Ibarretxe

El proyecto de Estatuto de la Comunidad de Euskadi, conocido como Plan Ibarretxe, dice en su artículo 17-a, que, para modificar o actualizar su contenido, "la iniciativa corresponderá al Parlamento Vasco a propuesta de 1/5 parte de sus miembros, al Gobierno Vasco, o a las Cortes Generales del Estado". Es decir, que una vez en vigor el citado Estatuto, entre las instituciones que podrán proponer su reforma figuran las Cortes Generales del Estado. No lo entiendo. Nos están machacando por activa y por pasiva que el Plan Ibarretxe es separatista, y que persigue la independencia. Convertir Euskadi en un Estado independiente. Pero, ¿cómo un Estado independiente concede al Estado del que se separa la facultad de iniciar la reforma de su Estatuto Político? No lo entiendo. O el Plan Ibarretxe contiene una errata, o quienes nos están repitiendo noche y día que significa la separación de Euskadi no dicen la verdad. O no se han leído el texto. El lehendakari anunció, desde el principio, que si su proyecto era rechazado por las Cortes, convocaría a la sociedad vasca a un referéndum. El Gobierno de Aznar se apresuró a tipificar como delito, con pena de cárcel, incluyéndolo en el Código Penal, a quien convocase ilegalmente un referéndum. Es decir, a Ibarretxe. Un inmenso error. Porque, vamos a ver: ¿qué pasaría si el lehendakari convocara un referéndum? Absolutamente nada. Porque sería nulo de pleno derecho y sus resultados, cualquiera que fuesen, no servirían para ninguna iniciativa legal. En todo caso, permitiría conocer lo que piensa la sociedad vasca sobre el Plan. Y a lo mejor es eso lo que se teme. Por si acaso el resultado era positivo a favor de la propuesta del lehendakari. Pero nada más. Y en caso de ser rechazado, el Plan Ibarretxe pasaría a mejor vida. ¿A qué viene, pues, tanto alboroto político-mediático? Las Cortes no van a aprobar el Estatuto propuesto por Ibarretxe. Y si éste convoca un referéndum, no va a servir para nada. Salvo para conocer lo que piensa la sociedad vasca. No creo que sea motivo suficiente para llamar a los guardias. Ha hecho bien, de todas formas, el presidente Zapatero, de proponer la anulación de la pena de cárcel decretada por Aznar.

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