"México necesita un presidente que no pertenezca a un partido"

El escritor y político Jorge Castañeda (Ciudad de México, 1953) espera que próximamente el Tribunal Supremo mexicano decida si puede presentarse a la presidencia de México sin el respaldo de un partido político, algo impensable hasta hace poco en uno de los países donde la actividad política viene marcada por la maquinaria de los grandes partidos. Castañeda, que fue ministro de Exteriores del actual presidente, Vicente Fox, considera que México necesita una profunda reforma institucional. También estima que Cuba pasará a primer plano en los próximos años y pide al Gobierno español que coordine su política sobre la isla y no tome medidas unilaterales.

Pregunta. Usted trata de presentarse a la presidencia de México sin el respaldo de un partido, algo totalmente nuevo en su país.

"López Obrador es un político al que el Estado de derecho le es totalmente secundario"

Respuesta. El espacio ciudadano que quiere un presidente que no sea del PRI [Partido Revolucionario Institucional], el PAN [Partido de Acción Nacional, en el Gobierno] o el PRD [Partido de la Revolución Demo crática] es cada vez mayor. Según las encuestas, ya es de un 30% o un 40%, y no sólo lo quieren sino que lo creen factible. Además, ya tengo un 60% de conocimiento por parte del público. Sólo hay cuatro o cinco políticos en el país que tengan más porcentaje. Todo esto se está traduciendo en una intención de voto que oscila entre el 7% y el 9%. Mi electorado natural es joven, antipartido y de alto nivel educativo.

P. ¿Y con qué dificultades se está encontrando?

R. El principal problema es resolver el problema de cómo estar en la boleta. Espero que en estos días la Corte Suprema de México resuelva tomar mi caso, que es si puede haber un candidato sin partido. Habría otra opción que es hacer un partido nuevo; para ello hay tres meses de plazo, y la tercera vía sería ir por un partido que ya existe en el registro y se llama Convergencia. Otro reto es encontrar el dinero. No recibo financiación oficial, ni tengo una fortuna personal ni un cargo mediante el cual pueda publicitarme. El tercer problema es el de los apoyos políticos e intelectuales. Hay mucha gente que me apoya con dinero e ideas, pero en privado. Ninguno quiere dar la cara... todavía.

P. ¿Tres años de campaña no es un sprint muy largo?

R. Esto sólo podía funcionar si hacía un maratón de tres años justamente porque no tengo partido, y no quiero tener un partido, ya que el sentido de esta candidatura es que México necesita un presidente sin partido para lograr las reformas que el país necesita sin que los partidos le obstaculicen, o bien por ser su esclavo, o bien por ser su enemigo. Necesito tiempo para conseguir dinero y darme a conocer.

P. ¿No teme que le ataquen a su proyecto de presidente sin partido después de otras experiencias en Latinoamérica de presidentes que han llegado al poder rechazando a los partidos tradicionales, como Hugo Chávez en Venezuela?

R. En política se ataca con las armas que se tienen, pero también está ahí el caso de Uribe [Álvaro Uribe es presidente de Colombia]. Yo no propongo la desaparición de los tres partidos [PRI, PAN y PRD], lo que digo es que no sirven porque son del pasado y porque están desunidos, y como no pueden salir de ese estado han sumido al país en una completa parálisis Tenemos que reformar las instituciones para refundar a los partidos, y sólo lo puede hacer un presidente que no pertenezca a ningún partido, un presidente ciudadano.

P. ¿Y no es posible que en una reforma tan profunda del sistema se creen huecos que sean aprovechados por elementos antidemocráticos?

R. Por desgracia, ya sucede hoy. López Obrador [precandidato del PRD] es evidentemente un político al que el imperio de la ley y el Estado de derecho le son totalmente secundarios, y está aprovechando los espacios de la democracia mexicana y ser presidente en condiciones de pisotear la ley.

P. ¿Ve algún cambio en las relaciones entre México y España?

R. Las relaciones con el Gobierno de Aznar, salvo al final, por el caso de la guerra de Irak, fueron magníficas, en temas como la lucha contra el terrorismo o la inversión. Espero que con el nuevo Gobierno en España y ahora a partir de 2006 con un nuevo Gobierno en México, se pueda retomar el impulso que hubo al principio del Gobierno de Fox trabajando juntos en una serie de temas importantes como la inversión española en México en sectores tan importantes como el bancario, el energético, el turístico. También esperamos trabajar juntos en Naciones Unidas y sobre todo en un asunto que va ser el tema central internacional para muchos países, que es Cuba. En los próximos años, cuando se dé la famosa solución biológica [la muerte de Fidel Castro], es un tema donde habrá que trabajar, y tengo la esperanza de que así como nos coordinábamos antes, el nuevo Gobierno español siga coordinándose con la UE y con países cercanos como México, y no tomar iniciativas unilaterales que no siempre son muy afortunadas.