Bilbao arte promueve un acuerdo de intercambio con artistas mexicanos
Verónica Gómez y José Ángel Robles trabajan en obra gráfica
Bilbao arte ha ampliado su círculo de relaciones hasta México. Un acuerdo de intercambio con los centros de producción gráfica de Pátzcuaro y San Luis Potosí ha permitido instalarse en Bilbao por un mes a los artistas Verónica Gómez (Ciudad de México, 1968) y José Ángel Robles (San Luis Potosí, 1954) para desarrollar sus conocimientos sobre el grabado.
Verónica Gómez y José Ángel Robles proceden de San Luis Potosí y cuentan con una larga experiencia en obra gráfica. Gómez, una artista formada en la Escuela Nacional de Artes Plásticas San Carlos, de México, ha trabajado sobre todo las técnicas del aguafuerte y la punta seca y quiere aprovechar su estancia en Bilbao para iniciarse en la serigrafía. "En México la serigrafía se usa sobre todo para publicidad y muy poco entre artistas". Nueva ciudad, nuevos caminos para la creatividad. La artista cree que la estancia en Bilbao será un revulsivo para su trabajo. De la obra gráfica le atrae su fuerza, una capacidad de generar "expresión y violencia". Gómez maneja generalmente colores neutros para crear grabados con referencias figurativas, en los que las arquitecturas se transforman en formas abstractas.
En su caso la tradición portuaria de Bilbao enlaza con su trabajo. "El impacto formal del paisaje urbano ha sido muy fuerte", asegura. En las calles de Bilbao encuentra "una poética muy particular" que le recuerda a sus lecturas de poesía.
Robles se considera un pintor al que la obra gráfica le ha regalado muchos amigos. "La pintura es un trabajo en soledad", dice. "La obra gráfica, en cambio, es un oficio que requiere un taller. Ha sido mi punto de contacto con otras personas interesadas en las mismas cosas". Su pintura y sus grabados están íntimamente conectados. En los dos casos refleja una abstracción del paisaje que nunca toca el realismo.
En Bilbao, Robles no busca innovaciones, sino un entorno en el que encontrar alicientes. "La experiencia de estar aquí es lo importante", repite. "Me fascina la forma de vivir aquí, la forma de relacionarse en la calle, en el bar". Ambos artistas están atraídos por los barcos y el ambiente de puerto. Robles vivió en Barcelona hace 20 años y regresó a México en un buque mercante que hizo escala en Bilbao y le permitió conocer los muelles y la Ría.
Robles se entusiasma hablando del trabajo en el taller. "Me gusta el oficio, me atrae el hecho de realizar series, que se distribuyen, se difunden", explica. "Es quizá muy tonto, pero cuando vendes un cuadro, se acabó, te quedas sin él. En la gráfica, en cambio, siempre queda la prueba de autor".
Dos artistas residentes de Bilbao arte (Nuria Batalla y Mónica R. Curiel) ya han partido hacia México. Gómez y Robles vaticinan que su adaptación será rápida. "Allí se encontrarán con el peso de una larga tradición en la obra gráfica. La calidez de la gente les va a facilitar mucho las cosas".
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