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Cómo vota Wall Street

Las próximas elecciones en Estados Unidos pueden ser unas de las más importantes de los últimos tiempos, dadas las muy distintas plataformas electorales de los dos contendientes. En vista de su importancia, ¿cómo ven los mercados estas elecciones? La respuesta más rápida es que con mucha cautela, ya que estas elecciones se celebran en el marco de una gran incertidumbre tanto económica como geopolítica.

La Reserva Federal (Fed) se encuentra inmersa en un proceso de tensionamiento de las condiciones monetarias que está empezando a sembrar dudas sobre la sostenibilidad de la recuperación económica; el precio del petróleo se mantiene a niveles récord, y la economía china continúa su lento proceso de enfriamiento. El panorama geopolítico no es muy alentador, y los expertos consideran muy probable un atentado en tierras americanas antes de las elecciones, que intente repetir la triste experiencia del 11 de marzo.

"Una victoria de Bush favorece a la Bolsa, ya que mantendrá el recorte del impuesto sobre los dividendos. Una victoria de Kerry es positiva para la renta fija, ya que introduce una mayor disciplina fiscal"

Una vez superadas estas incertidumbres, la visión de los mercados es una combinación de las políticas esperadas de los candidatos y de su probabilidad de victoria. Examinemos estos dos elementos a continuación.

Un segundo mandato de Bush se basaría en dos pilares: el primero la continuación de la política de rebaja de impuestos. La intención es hacer permanentes las reducciones legisladas en 2001 y que expiran en 2010, y controlar el gasto a través de unas reglas parciales de pay-as-you-go (cada nuevo programa de gasto deberá ser presentado con su fuente de financiación correspondiente). Estas reglas no se aplicarían a las rebajas de impuestos. El segundo pilar sería la privatización parcial de la seguridad social a través del desarrollo de cuentas privadas de ahorro paralelas al sistema público. Esto mejoraría el problema de largo plazo de las cuentas fiscales americanas, pero supone un coste fiscal muy importante durante el periodo de transición (algunos expertos lo cifran en un 10% del PIB). Por tanto, la anunciada reducción del déficit en cinco años solo se podría conseguir a base de crecimiento.

Una Administración de Kerry es definida como un tercer mandato de Clinton: retorno a la disciplina fiscal a través de aumentos impositivos para los contribuyentes con rentas altas y fuerte control del gasto a través de reglas pay-as-you-go aplicadas a todos los capítulos presupuestarios. Kerry, como Bush, también anuncia que reducirá el déficit a la mitad en cinco años, pero la credibilidad de esta promesa tampoco es muy alta, ya que junto a aumentos de impuestos ha anunciado fuertes aumentos del gasto social y de salud.

Las implicaciones para los mercados son claras. Una victoria de Bush es positiva para la Bolsa, ya que mantendrá el recorte del impuesto sobre los dividendos. Una victoria de Kerry es positiva para el mercado de renta fija, ya que introduce una mayor disciplina fiscal. En cuanto al dólar, ambos candidatos han mostrado tendencias proteccionistas, pero la mayor disciplina fiscal de Kerry y la posible mejora de la opinión mundial sobre la política exterior serían positivas para el dólar.

Pero más que el color de la Casa Blanca a los mercados les importa el equilibrio Casa Blanca-Parlamento. El gran mercado alcista bursátil comenzó después de las elecciones de 1994 cuando los republicanos obtuvieron el control del Congreso e inauguraron el Contrato con América que anuló el proyecto inicial de Clinton de universalización del sistema de salud. La práctica de rediseño de distritos hará que el Congreso continúe con toda probabilidad en manos republicanas, pero el Senado podría dar una sorpresa si Kerry obtuviera una victoria contundente. Una victoria de Kerry con un Congreso republicano seria el mejor resultado para los mercados.

¿Cómo valoran los mercados la probabilidad de victoria de cada candidato? El mercado bursátil ha fluctuado de una manera sorprendentemente cercana a los movimientos de los índices de valoración de Bush. No sólo una victoria de Bush se considera positiva para el mercado bursátil, sino que la simple incertidumbre sobre quien será el inquilino de la Casa Blanca se convierte en un factor negativo para los mercados. Hay otra explicación sin embargo más sencilla: la valoración del presidente está muy correlacionada con la evolución de la economía, y la evolución de los mercados puede estar reflejando las perspectivas económicas.

Los indicadores económicos presentan un mensaje ambiguo. Un análisis histórico del índice de confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan sugiere que el nivel actual del índice predice una victoria de Bush mientras que la tasa de variación del índice predice una victoria de Kerry. Nunca en la historia se ha registrado un presidente que se enfrente a una divergencia tan grande entre el nivel favorable del índice y su tasa de variación tan negativa. Otros indicadores muestran divergencias similares. Por ejemplo, la tasa de paro ha descendido significativamente, pero la creación de empleo, sobre todo en los Estados indecisos, es todavía precaria. Todo esto sugiere, irónicamente, que gane quien gane se podrá argumentar que la economía habrá sido un factor decisivo.

Los sondeos de opinión entre los inversores revelan de manera indirecta el sentimiento del mercado. A principios de junio, la gran mayoría de los gestores de carteras y operadores del mercado se inclinaban por una victoria de Bush. En julio, la opinión cambió, sobre todo entre los gestores de fondos de cobertura, que siguen más de cerca las evoluciones de los factores políticos, y el mercado empezó a inclinarse hacia Kerry. La opinión es ahora marginalmente favorable a Bush pero bastante volátil.

Los mercados electrónicos representan una manera inmediata de conocer la opinión de un segmento de la población que está dispuesto a refrendar con dinero su opinión. El mercado electrónico de Iowa cotiza un contrato de futuros cuyo subyacente es el porcentaje de votos que obtendrá cada candidato (http://www.biz.uiowa.edu/iem/markets). Análisis empíricos muestran que estos contratos son más eficaces a la hora de predecir el resultado de las elecciones que las tradicionales encuestas. Estos contratos han fluctuado todo el verano en torno al 50%, y se encuentran en la actualidad en el 51% a favor de Bush y el 48% para Kerry

En resumen, ningún indicador permite predecir una victoria clara de ningún candidato, y los mercados están tomando estas elecciones con muchísima cautela. La incertidumbre económica ante el proceso de tensionamiento de la Fed, la escalada del precio del petróleo y las constantes fluctuaciones de las fortunas de los candidatos presentan un panorama muy incierto. El hecho de que, a pesar del deterioro de los desequilibrios fiscal y por cuenta corriente, el tipo de cambio dólar / euro se haya mantenido en un margen muy estrecho en los últimos meses, es señal de que los mercados no se atreven a tomar posiciones fuertes. Bush ha consolidado una pequeña ventaja tras la convención, pero Kerry ha comenzado a recuperar terreno tras el primer debate. Desde aquí hasta el 2 de noviembre la amenaza terrorista seguirá flotando en el ambiente, como ya demuestran los mercados de renta fija. La incertidumbre, probablemente, durará hasta el último momento.

Ángel Ubide es director de Análisis de Tudor Investment Corporation, Washington, DC.

John Kerry y George W. Bush.
John Kerry y George W. Bush.EFE

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