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Humor contra la melancolía

En Luna de Avellaneda, Juan José Campanella (Buenos Aires, 1959) cuenta los avatares de un club deportivo y social bonaerense que para sobrevivir ha de convertirse en un casino. "Cuenta la historia de gente para la cual todavía no terminó el partido, por lo que ni ganan ni pierden, sino que siguen jugando". Para Campanella, no se trata de una película nostálgica: "Lo que intento plantear es otra cosa ya que para mí la nostalgia, que siempre propugna una vuelta al pasado tal cual era, no es algo positivo. Es más: creo que es una desgracia típicamente argentina porque la emigración que llegó allá se pasó la vida añorando la tierra que había dejado, cosa que no sucedió con los que se fueron a Estados Unidos, donde se dedicaron a hacer un país nuevo y a cortar amarras con el pasado. Una buena parte de los españoles y de los italianos que llegaron a Argentina lo impregnaron todo de mucha melancolía, que trato de evitar recurriendo al humor".

En Argentina, la película ha sido vista por más de un millón de espectadores. "Se hablaba más de la película en las páginas de sociedad de los periódicos que en las de espectáculos. A partir de su exhibición, el Gobierno ha promulgado una ley que considera no embargables los bienes de este tipo de sociedades, y hoy me acabo de enterar de que esta misma semana, mil de estas agrupaciones han acordado celebrar el Día Nacional del Club Social y dar un premio cada año, con el nombre de la película, al mejor de todos".

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