Fraga refuerza la cuota de los críticos Baltar y Cuiña en la nueva ejecutiva del PP gallego
Acebes justifica la cesión en que "no sobra nadie que se avenga a arrimar el hombro"
El presidente del PP de Ourense, José Luis Baltar, que hace un mes amenazaba con abandonar el partido por sus diferencias con la dirección nacional, reforzará su cuota en la organización gallega tras el congreso regional que se inicia hoy. En un intento de atajar los enfrentamientos internos, el presidente de la Xunta y líder del partido, Manuel Fraga, ha incrementado la presencia de los hombres de Baltar en la nueva ejecutiva y ha apuntalado el papel de los dirigentes provinciales frente al PP regional, un cambio en la tendencia seguida en los últimos cinco años.
La paz decidida por Fraga para contentar a los rebeldes encabezados por Baltar pasa por incluir a todos los sectores enfrentados en el PP gallego. Baltar ha accedido a que continúe en la secretaría regional Xesús Palmou, cuyo cese venía reclamando desde hace meses, pero a cambio ha arrancado concesiones de Fraga.
En la lista de la nueva ejecutiva que el presidente de la Xunta propondrá al congreso que comienza hoy en Santiago de Compostela figuran seis hombres de absoluta confianza del líder del PP de Ourense, dos más que en la dirección saliente. Baltar logra colocar a uno de sus representantes, el diputado autonómico Roberto Castro, entre los cuatro vicesecretarios generales. Castro, al igual que otro de los integrantes de la candidatura que se someterá al congreso, Miguel Santalices, era uno de los cinco parlamentarios gallegos que secundaban a Baltar y amenazaban con dejar a Fraga en minoría en la Cámara autonómica.
Feudos territoriales
La creación de cuatro vicesecretarías generales, una por cada provincia, refuerza el peso de los feudos territoriales en contra de la línea que se seguía desde 1999, cuando el entonces secretario regional, Xosé Cuiña, enfrentado a Mariano Rajoy, abandonó el cargo a petición de Fraga. Su sustituto, Xesús Palmou, estrechó relaciones con la dirección nacional y se esforzó por apuntalar los órganos regionales para socavar la influencia de los barones provinciales. El propio Fraga destacó ayer que la lista es fruto del "consenso pleno entre los cuatro presidentes provinciales".
En la dirección saliente había sólo dos vicesecretarios que no respondían a cuotas territoriales. Cuiña, que sigue en la ejecutiva por designación directa de Fraga, tendrá en una de las cuatro nuevas vicesecretarías a un hombre próximo a él, el alcalde de su pueblo, Lalín (Pontevedra), Xosé Crespo. Cuiña salió de la Ejecutiva Nacional del PP en el Congreso que celebró este partido hace dos semanas.
Fraga aseguró ayer que no ha consultado con Rajoy la lista que propondrá al congreso, aunque expresó su confianza en que éste no planteará objeciones, porque "es un hombre muy discreto, sumamente cumplidor". Hace un mes y medio, el presidente de la Xunta confesó que sí había consultado con Rajoy diversos cambios en su Gobierno. Aquella remodelación, en la que ganaron peso los dirigentes próximos al presidente nacional y de la que Fraga mantuvo al margen a Baltar, fue el desencadenante final de la crisis. Rajoy asumió el martes que la dirección nacional ha intervenido en algunos conflictos regionales y en otros ha preferido que quedara en evidencia la diferencia de fuerzas entre la propuesta oficial y la alternativa. En Galicia, los rebeldes de Baltar sí esgrimían fuerza territorial en votos, con lo que ha sido necesario el pacto.
Con la lista única pactada para el congreso gallego que comienza hoy y que Rajoy clausurará mañana, Fraga dio por concluidos los enfrentamientos de las últimas semanas y proclamó: "No ha habido crisis, sólo titulares". El presidente de la Xunta, quien hace tres semanas amenazaba en público a los rebeldes con convocar elecciones anticipadas, rebaja ahora el conflicto a la categoría de "discusiones". "Hubo una incidencia afortunadamente superada en el más mínimo detalle", sostuvo.
Desde la dirección nacional del PP, Ángel Acebes, su secretario general, aceptó que ha habido crisis, pero puso el acento en su solución. Acebes enfatizó que la cultura del PP consiste en que en ese partido "no sobra nadie siempre que se avenga a arrimar el hombro".
El objetivo compartido por la dirección nacional con los rebeldes de Ourense, capitaneados por Baltar y con Cuiña como hombre en la sombra, es ganar las próximas elecciones autonómicas gallegas, en principio, con Fraga como candidato a presidente. Para ese objetivo común todo vale.
De momento, el único congreso regional con dos candidatos anunciados es el extremeño. Pero el candidato alternativo, Óscar Baselga, está teniendo dificultades para sumar avales. Ahí, la opción ha sido dejarle para que mida sus fuerzas.
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