Francia apuesta por una nueva generación de centrales nucleares
El grupo estatal EdF decidió ayer la modernización de su parque de centrales nucleares, con la construcción de un reactor de tercera generación (EPR) en Flamanville, una zona costera de Normandía donde ya existe una planta de reciclaje de desechos nucleares. La decisión confirma el lanzamiento de Francia en la renovación de la energía nuclear, importante "tanto por razones estratégicas como industriales", en palabras del primer ministro, Jean-Pierre Raffarin.
El Gobierno de París y la industria esperan que el EPR se convierta en la vitrina tecnológica hacia el exterior, en medio de las crecientes dificultades planteadas por la dependencia mundial del petróleo. Su realización contribuirá a "garantizar la independencia energética de Europa en los próximos decenios", afirma Pierre Gadonneix, presidente de EdF, decidido a mantener su posición como primer productor mundial de electricidad de origen nuclear.
La tecnología del EPR está destinada a servir de relevo a la que utilizan los 58 reactores que equipan las 19 centrales nucleares francesas. Su realización exigirá cinco años, por medio de una colaboración entre EdF, que se encargará de la construcción, y la empresa Areva, encargada de proporcionar el corazón del reactor. Si el prototipo responde a las esperanzas de los promotores, de aquí a 2015 se lanzará la construcción de una decena de reactores de nueva generación para ponerlos en servicio en 2020, cuando las actuales centrales sean desmanteladas por vejez.
El lugar seleccionado para la construcción ha sido bien acogido por los cargos electos del departamento de La Mancha (uno de los que componen Normandía), donde se frotan las manos por los 2.500 empleos que creará y otros efectos económicos para una región deprimida. La excepción son los ecologistas, que denuncian la "colonización" del país por la energía nuclear. La asociación Greenpeace, el partido Los Verdes y otros grupos advierten contra las "duras incógnitas que subsisten sobre la vulnerabilidad y la peligrosidad" de un sistema que producirá, según ellos, tantos deshechos como las centrales actuales.
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