"Rafá ha estado deshaciéndose de pruebas", comentó su compañera
El 24 de marzo, cinco días después de estar detenido Zohuier, Lofti, su presunto jefe en la banda de narcotráfico, llama a una mujer. Le pregunta si sabe algo de Cristina, la compañera del confidente. Ambos comentan que Cristina no coge el teléfono, y, a renglón seguido, la grabación policial deja constancia del siguiente dato: "La mujer le indica que Cristina le dijo que Rafá se había estado deshaciendo de pruebas, libros y de cosas, de un colchón [supuestamente el mismo donde probó un detonador antes del atentado], de los libros de...". Lofti le interrumpe, y le pide que después se lo cuente.
Posteriormente, Lofti charla con otra mujer, quien le pregunta si puede ser cierta la implicación de Zohuier en el 11-M. Lofti no lo cree, pero le recuerda que Zohuier ha tenido antes "rollos" y un antecedente por delito de armas. Ella dice que ya lo sabía, y le detalla sus sospechas: "Ya sabes que él tenía lo de la mano y lo de la cara de una vez que le explotó, y por eso lo pueden meter", en alusión al estallido de un detonador que sufrió Zohuier cuando lo manipulaba. Hay más indicios de su limpieza de pistas antes de su arresto. El 18 de marzo, víspera de su detención, recibe un mensaje similar de una mujer: "Que ya lo tiene preparado, que no se preocupe, que cuente que lo ha cogido lo que le había dicho ayer, y está ahí, que no se preocupe que ya lo ha agarrado". Un mes antes, el 16 de febrero, Antonio Toro le aconseja "que se vaya a su pueblo", mientras Zohuier ordena a una mujer que "aquello que tiene, que los coja y los meta en un coche".
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